CONDUCTA ANIMAL
La conducta sexual está integrada por muchos
componentes diversos, tanto innatos como resultado de
experiencias. Es probable que buena parte de la actividad conste de PFA evocados por una variedad de liberadores o de señales externas. Ciertos aspectos del cortejo
y de¡ apareamiento se aproximan a la actividad agresiva
relacionada con el rechazo de un macho invasor por el
macho que ya tenía marcado su territorio. En un momento
crítico, los liberadores canalizan las actitudes agresivas y
las convierten en movimientos sexuales cuando se trata de
un miembro del sexo opuesto. El espinoso es un
ejemplo específico de esa transformación del comportamiento agresivo en las actividades de cortejo y apareamiento. Con todo, la agresividad jamás queda
enmascarada por completo por la conducta de cortejo y
apareamiento. El espinoso macho expulsa a la hembra
del nido después de que ésta puso sus huevos y de que
él los inseminó (véase el Ejemplo 11). En algunos insectos y varios tipos de arañas, la hembra mata e incluso
devora al macho inmediatamente después del apareamiento.
En muchos grupos animales las asociaciones sexuales son relativamente informales y pueden ocurrir entre cualquier par de individuos. Esta forma de sexualidad
se denomina promiscua. Por el contrario, en muchas
aves la asociación de las parejas dura toda la vida y se
observa una gran fidelidad. Cuando un solo macho se relaciona con varias hembras, de modo que crea un harén,
se usa el término pollginia. Si una sola hembra se aparea con varios machos, la asociación se llama poliandria.
24.5
ORGANIZACIÓN SOCIAL
El grado de interacción entre los miembros de una especie
varía desde el estilo de vida solitario de algunos grillos
hasta las complejas sociedades de las hormigas y el ser
humano. En cada nivel de estructura social debe haber
cierto grado de comunicación para promover las formas
de conducta que modulan el esquema social en cuestión.
Esa comunicación social pueden ser reclamos, expresiones faciales, posturas del cuerpo o patrones de locomoción. En ciertos casos hay actividad cooperativa; en
otros surgen interacciones agonísticas (de competencia). Ciertas formas de conducta son cohesivas, es decir, reúnen a los miembros del grupo en un sentido físico.
Otras son dispersivas y tienden a separarlos. La formación de parvadas antes de emprender el vuelo de huida o
el hacinamiento de un rebaño de vacunos formando un
círculo en condiciones de peligro o de bajas temperaturas
son ejemplos de conducta cohesiva. La segregación física de los machos de aves y lobos cuando marcan y defienden sus respectivos territorios es una conducta
dispersiva.
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COMPETENCIA
Muchos tipos de conducta se relacionan con una lucha
entre individuos que se disputan ciertos recursos; por
ejemplo, alimento, parejas o materiales de construcción.
Puesto que los miembros de una especie tienen necesidades similares, lo más probable es que sostengan una
competencia entre ellos a fin de procurarse los recursos
escasos. Sólo en raras ocasiones la lucha termina en un
combate cuerpo a cuerpo. Por lo común, la confrontación
se basa en estilizadas exhibiciones de fuerza durante las
cuales los agonistas (competidores) se amenazan mutuamente a través de actitudes agresivas, como mostrarse los colmillos, gruñir o fingir embates contra el
oponente. Esas feroces exhibiciones, que son meramente simbólicas, se denominan rituales. La adquisición
de rituales estereotípicos evita el derramamiento de sangre y debería ser ejemplo para las sociedades humanas.
En poco tiempo, uno de los combatientes, que reconoce
estar derrotado, exhibe una conducta ritualizada de sumisión.
EJEMPLO 9 Los lobos se traban en combate aumentando el espesor de su pelaje por piloerección, confrontando a
su oponente, gruñendo, mostrando sus caninos y efectuando cortas embestidas. El lobo que ya tuvo suficiente mete la
cola entre las patas, baja el pelo e incluso expone su vulnerable cuello. Estos rituales de confrontación evitan el combate directo y permiten que ambos miembros mantengan su
aptitud y lleguen con su potencial genético a la siguiente
oportunidad reproductiva.
Otra interacción competitiva consiste en el establecimiento de una jerarquía de dominancia. En esencia,
dicha jerarquía es un orden de condición social basado
en agresiones aleatorias. En e l caso de las gallinas, en
las cuales se estudió por primera vez este fenómeno, la
gallina superior (alfa) subyuga el resto del gallinero y controla el acceso al alimento y a la reproducción mediante
picotazos simbólicos. La segunda gallina en orden de importancia (beta) ejerce el mismo control sobre las gallinas
inferiores a ella. Esta jerarquía continúa hasta llegar al individuo inferior del gallinero, víctima perpetua que no tiene otras gallinas a las que pueda controlar. Las
jerarquías de dominancia son útiles para todos tos miembros del grupo, ya que facilitan las interacciones sin tener
que realizar luchas competitivas en cada ocasión.
La territorialidad es otro tipo de interacción competitiva en la que un individuo reclama durante un tiempo
más o menos prolongado un determinado territorio. Este
último es el lugar en el cual el individuo realiza las funciones importantes de su vida y es vigorosamente defendido
por él. La territorialidad es un mecanismo importante
pues garantiza que sólo los más aptos adquieran el control de los recursos escasos, ya que los menos aptos