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320 BIOLOGÍA discernimiento va un paso más aüá del condicionamiento operante. 24.3 sujetos experimentales siguen manifestando los ciclos circadianos. El ciclo humano se aproxima a unas 25 h en vez de a 24 h, pero cuando los sujetos retornan a su medio acostumbrado y vuelven a ser estimulados por los cambios de luz y de oscuridad recuperan su patrón de 24 h. PATRONES CONDUCTUALES CÍCLICOS Muchas formas de conducta ocurren en forma rítmica. Parte del día está dedicada al sueño y otra parte es caracterizada por una intensa actividad. En ciertas épocas hay migraciones, pero en otras no. Muchos animales exhiben una periodicidad diaria de sus patrones de actividad que se aproxima a las 24 h; por tanto, tal periodicidad se conoce como ciclos circadianos (circa, "alrededor"). El ciclo natural de los seres humanos se aproxima más a las 25 h, pero tenemos que ajustarlo a ios ciclos de 24 h del mundo físico. Se ha postulado la existencia de mecanismos internos de relojería que controlan este fenómeno tan generalizado. La existencia de ese reloj interno es sugerida por la conducta cíclica que se observa en organismos que van desde los protozoarios unicelulares y las plantas hasta los primates avanzados. Según parece, los ciclos diarios de los organismos unicelulares se deben a señales provenientes del núcleo. Esos ciclos incluyen la mitosis (división celular), la síntesis de enzimas, los ciclos metabólicos y el movimiento. Una vez establecida, la actividad periódica prosigue durante largos periodos, incluso después de haber extirpado el núcleo. Sin embargo, la mayor parte de las células mueren poco después de extirparles el núcleo, de modo que estos descubrimientos tienen una aplicación muy limitada. Al parecer, en el encéfalo de los animales existe un cronómetro endógeno. Es muy obvio que las aves se rigen mediante los ciclos de luz y oscuridad en el medio, lo cual señala a la glándula apófisis (pineal) y a su producción foiodependiente de melatonina. Por otra parte, mucho se especula acerca del mecanismo que permite que un reloj central se comunique con otras partes del cuerpo a fin de sincronizar la totalidad de las respuestas asociadas con las formas de conducta rítmicas. Se tienen pruebas de que existen mecanismos neurales y efectos hormonales. Se cree que los ciclos de mareas (13 h) y los ciclos lunares influyen sobre los relojes internos de las criaturas de las playas y que lo hacen a través de mecanismos semejantes a los de los ciclos circadianos. Se han efectuado varias investigaciones en las que voluntarios humanos son aislados de los indicios usuales que orientan al organismo en cuanto a ¡as periodicidades diarias. Dichas personas, a las que por lo genera! se mantiene en el interior de profundas cavernas, quedan aisladas de los ciclos de luz y temperatura naturales y de la compañía de otros seres humanos cuyas actividades les indiquen la periodicidad diaria. Incluso en esas condiciones de prolongada separación del medio "natural", los 24.4 CONDUCTA SEXUAL Los patrones conductuales asociados con los procesos reproductivos son particularmente intrigantes. Los procesos de comunicación relacionados con el apresto del aparato sexual pueden ser muy complejos y sutiles y estar relacionados con intrincados rituales de cortejo. La actividad sexual de casi todos los organismos está restringida a una temporada relativamente corta. Esto significa que la conducta de apareamiento debe ser "encendida" en determinado momento y "apagada" en otro. Las formas de conducta sexual se relacionan con cambios periódicos de algunas características internas, como la actividad endocrina, las condiciones del sistema nervioso central y la tonicidad del aparato reproductor. Sin embargo, también son modificadas por factores ambientales como la intensidad de luz disponible, la cantidad de ali mento con la que se pueden acumular reservas de grasa, la presencia de parejas potenciales, etc. Per lo común, el apareamiento en sí va precedido por un complejo cortejo ritual que funciona en sí como un riguroso mecanismo de selección natural. Durante el cortejo, únicamente los machos aptos y fuertes acaparan a las hembras, de modo que los machos ineptos son condenados a la exclusión reproductiva. Del mismo modo, la selección sexual, mecanismo que permite a la hembra ejercer su derecho a elegir al macho de su preferencia y apegarse a él, constituye un mecanismo para la perpetuación exclusiva de los machos más aptos (juzgados conforme a los parámetros femeninos de selección). La totalidad de la respuesta sexual, que se extiende incluso al cuidado de las crías, implica el gasto de una cantidad considerable de recursos y de energía por parte del organismo. Asimismo, representa un compromiso no sólo para el bienestar del individuo, sino también para la supervivencia del grupo a largo plazo: tras la conducta sexual del individuo está la semilla del "autosacrificio" en aras del bienestar de la mayoría. El pago de un precio demasiado alto a cambio de ese compromiso altruista sería poco adaptativo, lo cual explica las limitaciones observadas en el tiempo que casi todos los organismos dedican al sexo . Se cree que los grupos que exhiben una ininterrumpida y constante dedicación a la actividad sexual o por lo menos un gran interés en ella —por ejemplo el ser humano— obtienen del sexo un beneficio secundario: el mantenimiento de una estructura comunitaria (familia).