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308 BIOLOGÍA Fig. 23.1 El esqueleto humano. (De Storery cols.) La rigidez del esqueleto interno de los vertebrados se combina con la flexibilidad que dan a la estructura ósea los movimientos de sus conexiones o articulaciones. Los 206 huesos individuales del esqueleto humano adulto (Fig. 23.1) están presentes en el esqueleto axial, que consta de cráneo, columna vertebral (espina dorsal) y caja torácica, o en el esqueleto apendicular, formado por brazos, piernas y cinturas (pélvica y pectoral) a las que están unidos esos apéndices o extremidades. Las cinturas deben su nombre a que circundan la región en la que se localizan. DESARROLLO ESQUELÉTICO Todo el esqueleto se deriva del mesodermo. A lo largo del tubo neural, que es de origen ectodér mico, empieza a formarse desde el principio del desarrollo una serie de bloques mesodérmicos regulares. Dichos bloques, llamados somitas, son reflejo del patrón de segmentación que se observa en la estructura corporal de casi todos los phyla animales de los anélidos en adelante. La formación del tubo neural va precedida por una resistente pero flexible varilla de tejido mesodérmico llamada notocorda y es inducida por ella. Partes de la notocorda y de las somitas se combinan para formar la columna vertebral, es decir, la cubierta ósea de la médula espinal. La migración de células mesodérmicas a partir de las somitas y de otros rebordes mesodérmicos da origen a la mayor parte del esqueleto axial. Grupos independientes de células mesodérmicas dan origen a casi todos los huesos protectores del cráneo (neurocráneo) y a las prominencias óseas y huesos pequeños del oído (viscerocráneo). El esqueleto apendicular se deriva de las yemas de las extremidades que en los seres humanos aparecen al final del primer mes de desarrollo. Dichas yemas, formadas por un núcleo central de células mesodérmicas no especializadas cubierto casi completamente por una delgada capa de ectodermo, preceden a las extremidades que aparecerán poco después. En un principio se forma cartílago para delinear los huesos de los apéndices, pero ese tejido es reemplazado en buena parte por