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EL SISTEMA NERVIOSO 295 Fig. 22.5 El reflejo rotular. Las flechas señalan la dirección en que corre el impulso nervioso. El arco reflejo sencillo debe su nombre a la trayectoria física del impulso conforme éste pasa del receptor de la neurona aferente al efector de la neurona motora. Los reflejos son mecanismos que permiten mantener la postura correcta, regulan la presión arterial y orientan el cuerpo respecto a las condiciones ambientales que ponen en peligro al organismo. La pérdida de ciertos reflejos extensores (incremento del ángulo de una articulación) o flexores (disminución de dicho ángulo) se utiliza para evaluar clínicamente los daños sufridos por el sistema nervioso central. 22.7 RECEPTORES Y EFECTORES RECEPTORES Los receptores son terminaciones de nefríticas modificadas de los nervios sensoriales y su estructura es tal que sólo responden a tipos específicos de estímulos. En muchos casos el receptor es poco más que la terminación libre de un nervio sensorial embebido en epidermis o en otro tejido circundante. En otros casos puede ser un órgano sensorial complejo; por ejemplo, la retina del ojo o el órgano de Corti del oído, que recibe las ondas sonoras. La especificidad de los receptores depende de dos propiedades. Primero, cada receptor tiene un umbral bajo para un estímulo en particular. El umbral es la intensidad mínima del estímulo necesaria para disparar un impulso. Segundo, el receptor envía un solo tipo de mensaje al sistema nervioso central independientemente de la naturaleza de! estímulo. Esto se conoce como la doctrina de Muller de las energías nerviosas específicas. EJEMPLO 4 La retina del ojo es muy sensible a la luz porque su umbral a ese estímulo es sumamente bajo. Cualquier estímulo aplicado a la retina, sea un golpe o un piquete de ojos, es traducido por el aparato sensorial del encéfalo como un destello de luz. A esto se debe que uno "vea estrellas" cuando recibe un golpe en el ojo. Los receptores se clasifican en tres grupos principales, según su posición anatómica. Los de la piel, que por ser externos reciben la estimulación directa del medio, se llaman exterorreceptores. Los exterorreceptores van desde las terminaciones nerviosas desnudas y relativamente indiferenciadas que transmiten el dolor, hasta los complejos receptores especiales del ojo, el oído, la nariz y la lengua. En la superficie de la piel, sobre todo en las yemas de los dedos, existen estructuras ovales bien delimitadas que perciben los contactos táctiles ligeros y los diferencian de la presión.