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INMUNOLOGÍA propuesta inicialmente por MacFarlane-Burnett, un inmunólogo australiano. Según esta teoría, un monocito transformado en macrófago de grandes dimensiones fagocita y digiere al organismo invasor, pero incorpora los antígenos de éste a su propia membrana plasmática. Luego busca células Τ auxiliares (linfocitos TH) cuyas moléculas superficiales corresponden específicamente al antígeno transportado por el macrófago y las activa mediante la secreción de interleuclna 1 (IL-1). Estas células Τ auxiliares activadas tienen dos funciones. Una es buscar linfocitos Β inmaduros que contengan anticuerpos superficiales idénticos a los propios (y por tanto, que sean específicos contra el antígeno que provocó la respuesta) y secretar Interleucina 2 (IL-2). Esto hace que el linfocito "inocente" empiece a dividirse y forme células plasmáticas y células de memoria. Estos dos tipos de células se dividen varias veces e inundan el cuerpo con su descendencia. Las células plasmáticas, cuya vida es efímera, secretan anticuerpos en grandes cantidades. Las células de memoria también producen anticuerpos, pero se mantienen latentes durante el ataque inicial del antígeno; estas células permanecen en circulación después de que se erradicó al antígeno, listas para reiniciar la secreción de anticuerpos en caso de que vuelva a presentarse el antígeno en cuestión. En su segunda función, la célula Τ auxiliar busca linfocitos Τ inmaduros portadores de las mismas moléculas superficiales de identificación y las activa por medio de la interleucina 2. Luego, esos linfocitos Τ se diferencian para convertirse en células de memoria, linfocitos Τ citotóxicos, más células Τ auxiliares y células Τ supresoras. Ya estudiamos las funciones de los tres primeros tipos. Las células Τ supresoras detienen la reacción inmune cuando el invasor ya fue sojuzgado y sólo quedan las células de memoria, las cuales se reactivarán en caso de que el antígeno reaparezca. 18.3 HIBRIDOMAS En 1984, dos inmunólogos europeos recibieron el premio Nobel de fisiología o medicina por haber creado la técnica de los anticuerpos monoclónicos. En esencia, este procedimiento consiste en la selección de un linaje de linfocitos que produce cierto anticuerpo y la fusión de esos linfocitos con células cancerosas. El resultado es un hibrldoma. Cuando están en cultivo, las células ordinarias mueren normalmente después de unas cuantas divisiones, mientras que las células cancerosas son prácticamente inmortales. Los hibridomas combinan esa longevidad con la capacidad del linfocito para sintetizar un solo anticuerpo. La producción de anticuerpos puros es un valiosísimo instrumento para los investigadores, sobre todo porque es posible marcar el anticuerpo con un colorante o con otras sustancias que posibilitan su 244 rastreo. Si se permite que esos anticuerpos marcados formen complejos con los antígenos, es posible localizar estos últimos dentro de cada tejido e incluso intracelularmente. Por otra parte, también cabe la posibilidad de obtener grandes cantidades de anticuerpos puros contra cualquier antígeno e incluso de enviar medicamentos citotóxicos hasta las células específicas que es necesario matar, para lo cual basta con unirlos al anticuerpo dirigido contra dichas células. 18.4 SIDA El SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es una enfermedad ocasionada por el retrovirus HTLV-III. En fecha reciente se dio a este RNA virus el nombre de HIV (del inglés human immunodeficiency virus). Su virulencia es atribuida a su capacidad para atacar un grupo de linfocitos Τ denominado subgrupo T4, los cuales son imprescindibles para la inmunidad celular. La destrucción de esas células hace que el cuerpo sea vulnerable a tipos raros de cáncer y a diversas infecciones que atacan una vez debilitado el sistema inmune. Se tienen pruebas cada vez más firmes de que el HIV puede atravesar la barrera cefalosanguínea y alojarse en las neuronas del encéfalo. Esto explica los extraños cambios de conducta que acompañan a la infección en algunos casos. Según parece, esta enfermedad surgió en África a finales de la década de 1960, pero no quedó identificada como una enfermedad por derecho propio sino hasta finales de la década de 1970. Quizá provino originalmente de los monos verdes que habitan en la región del Subsanara. Puesto que el virus no se transmite fácilmente de un individuo a otro, es necesario algún contacto íntimo para que haya contagio. El virus está presente en la sangre, las lágrimas, la saliva y el semen. La transmisión ocurre durante la penetración sexual por el ano o la vagina, quizá también durante el contacto genitobucal y, desde luego, al mezclarse las sangres durante una transfusión sanguínea o cuando los drogadictos comparten una jeringa para inyectarse en las venas. Quizá la mordedura de un individuo infectado también sea una vía de contagio, pero se considera que las picaduras de insectos no son causa de transmisión. Es probable que este virus templado se aloje dentro del linfocito T4 y que allí permanezca en latencia por largos periodos. Ante el estímulo de otra infección o cuando se presenta algún otro fenómeno de esa naturaleza, el virus obliga a la célula a sintetizar una copia de DNA de su núcleo de RNA y luego a producir varias copias del virus, las cuales destruyen la célula o la incapacitan para realizar su función. Esto impide el funcionamiento de todo el sistema inmune. Se han probado varios tratamientos a base de medicamentos para detener la degeneración del sistema inmune, pero hasta la fecha no