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243 BIOLOGÍA macrófagos, incrementan la actividad de éstos y los mantienen en el área infectada, donde se dedican a fagocitar a los invasores. 18.2 LA RESPUESTA INMUNE Hace tiempo existían dos teorías que explicaban la increíble variedad de anticuerpos (más de un millón) que puede ser generada por los antígenos que circulan en el cuerpo. La teoría instruccional explicaba esa diversidad suponiendo que los antígenos tenían la capacidad de estimular en los leucocitos la producción de anticuerpos al intervenir directamente en el proceso de formación de estos últimos. En esta hipótesis se presuponía que el antígeno era como un molde que dirigía la actividad del sistema inmune. Sin embargo, la teoría actual sostiene que la variabilidad es resultado de un caso extraordinario de reordenamientos del DNA. Aunque el DNA está formado normalmente por secuencias lineales más o menos estables de tripletes (codones), el DNA que codifica los segmentos variables de las inmunoglobulinas parece tener la capacidad de reordenarse, posibilitando así la existencia de un millón de secuencias inmunoglobulínicas y de proteínas superficiales y, por tanto, la de un millón de linfocitos distintos. Por consiguiente, no es el efecto de cada antígeno como molde de su propio anticuerpo lo que produce la pasmosa variabilidad de los linfocitos, sino un reordenamiento genético dentro del propio genoma del linfocito, reacomodo que da por resultado tantas combinaciones como antígenos pueda haber. Cuando un antígeno invade el cuerpo, el anticuerpo específico contra él se moviliza para incapacitarlo. Esta rápida proliferación del anticuerpo puede explicarse mediante la teoría de la selección clona! (Fig. 18.2), Fig. 18.2 Selección clonal