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INMUNOLOGÍA Un mecanismo de ataque más directo es la aglutinación, consistente en la formación de grumos de antígenos mediante formación de complejos antígenoanticuerpo. Puesto que cada anticuerpo tiene dos sitios de fijación, puede sujetar dos organismos antigénicos (por ejemplo, bacterias); a su vez, casi todos los antígenos tienen múltiples sitios antigénicos, de modo que se adhieren a más de un anticuerpo. El resultado es una maraña de anticuerpos y antígenos interconectados. Estos complejos disminuyen la movilidad de los agentes invasores y los hacen más vulnerables a la fagocitosis, proceso mediante el cual los leucocitos engloban e ingieren a los invasores. Otra posibilidad es que los grumos se vuelvan insolubles y se precipiten, limitándose en esa forma su movilidad. Ciertos anticuerpos pueden lisar las células a las que atacan, mientras que otros se adhieren a los sitios tóxicos de los antígenos y de ese modo los neutralizan eficazmente. Cuando tos anticuerpos forman un complejo con sus antígenos específicos, también activan el sistema del complemento, grupo de aproximadamente 12 precursores enzimáticos presentes en el plasma y en otros líquidos del cuerpo. Las enzimas activas de este sistema afectan las membranas celulares de los organismos Invasores y acaban por provocar citólisis (rompimiento de la célula). Asimismo, el complemento hace que las superficies celulares se tornen más vulnerables a la fagocitosis y ejerce un efecto quimiotáctico que atrae los neutrófilos y macrófagos hacia el organismo invasor. Por otra parte, algunos virus pierden su infectividad cuando el complemento ataca sus estructuras moleculares; además, el complemento reduce la movilidad del organismo al aglutinarlo. Por último, el complemento estimula una respuesta Inflamatoria local. EJEMPL01 La respuesta inflamatoria es un fenómeno inespecffico que ocurre cuando hay daño celular o la posible penetración de organismos invasores a través de las defensas mecánicas del cuerpo. Es mediada principalmente por la histamina que secretan las células epiteliales y las células cebadas del tejido conectivo entretejido que sufrieron daños. La respuesta Inflamatoria se relaciona con un incremento del flujo sanguíneo hacia el área dañada, sobre todo por vasodilatación de las arteriolas más pequeñas inducida por la histamina. Las paredes de los capilares se distienden y son fácilmente atravesadas por los granulocitos (sobre todo neutrófilos; Fig. 17.4), los cuales se congregan en el sitio de la lesión. La hinchazón y el aumento de temperatura locales pueden ir acomp añados por fiebre sistémica y un marcado incremento en la cantidad de granulocitos. Por lo regular, la fiebre se debe que las bacterias liberan unas proteínas denominadas pirógenos. Ciertos anticuerpos, en particular los del tipo IgE, se fijan a las membranas celulares, incluso a las de los basófilos de la sangre. Cuando un antígeno reacciona 242 con esta clase de anticuerpos, la célula que posee dicho antígeno se hincha hasta reventar, liberando así compuestos quimiotácticos, enzimas lisosómicas y un factor que prolonga las contracciones del músculo liso. RESPUESTA CELULAR En la respuesta celular, células enteras —linfocitos Τ sensibilizados— atacan a las células eucarióticas invasoras, independientemente de que estas últimas pertenezcan a parásitos helmínticos o sean células del propio organismo, pero que cambiaron hasta el punto en que los linfocitos ya no las identifican como "propias"; por ejemplo, células cancerosas, células que fueron invadidas por virus (y que por lo mismo ostentan en la superficie tos antígenos virales) o células de órganos y tejidos trasplantados. La reacción entre el linfocito Τ y el invasor es más intensa cuando la célula objetivo tiene dos antígenos que el linfocito puede identificar. Puesto que las células infectadas por virus tienen al mismo tiempo el antígeno "propio" y el antígeno viral contra el que está sensibilizado el linfocito, son particularmente vulnerables a la acción de éste último. EJEMPLO 2 Un conjunto de antígenos íntimamente asociados con el glicocáliz (porción de carbohidrato de la membrana celular) desempeña un papel fundamental en cuanto a la identificación de las células como propias y a la interacción, durante la respuesta inmune celular, de las células corporales infectadas con los linfocitos T. Otro conjunto de estos antígenos sólo está presente en las células que constituyen el sistema Inmune de defensa; este grupo promueve la cooperación y la asociación íntima que caracterizan al sistema inmune. Tales antígenos son glicoproteínas y constituyen el sistema de hlstocompatlblüdad mayor (MHC, del inglés major histocompaiibility complex). Son codificados por cerca de 24 genes y en vista de que cada uno de esos genes existe en muchas formas alólicas, el número de combinaciones genéticas diferentes, cada una de las cuales produce un complejo antigénico único, es casi ilimitado. El MHC es sumamente útil para predecir la posibilidad de éxito de un trasplante de órganos y también es importante en la medicina forense (legal) como un medio muy preciso para la identificación de individuos, incluso a partir de cantidades muy pequeñas de tejidos, en los casos de crimen o deslinde de la paternidad. La destrucción del organismo invasor durante la respuesta celular se realiza a través de varios mecanismos. Un tipo especializado de linfocitos Τ llamados linfocitos Τ citotóxicos atacan directamente a tos invasores. Como los anticuerpos, los linfocitos Τ están sensibilizados hacia el antígeno específico que están atacando. Al encontrarlo, el linfocito secreta enzimas citotóxicas y digestivas que lisan a la célula exótica. Por otra parte, los linfocitos Τ también liberan factores que atraen a los