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LA CIRCULACIÓN Y LA SANGRE 227 considerarse eximo dos corazones en uno. El lado derecho de este órgano recibe la sangre desoxigenada de la circulación sistémica y la bombea hacia los pulmones a través de la artería pulmonar. La sangre oxigenada regresa al corazón a través de las dos venas pulmonares y es bombeada para que salga del ventrículo izquierdo hacia la aorta, desde donde finalmente llegará a todas las partes del cuerpo. 17.2 EL CORAZÓN HUMANO Este órgano es una estructura de cuatro cámaras localizada en el pecho (Fig. 17.2). La porción muscular gruesa contiene los dos ventrículos; las dos aurículas semejan solapas puestas encima de los ventrículos. Las dos aurículas se llenan al mismo tiempo. Mientras se llenan, éstas permanecen relajadas. A partir de un nodo tisular de la aurícula derecha, llamado nodo sinoauricular (SA) o sinusal, una ola de contracciones recorre las aurículas y la sangre es bombeada hacia los ventrículos relajados. El estado de relajación del músculo cardiaco se llama diástole; el estado de contracción se denomina sístole. Para cuando empieza la sístole de los ventrículos, la sístole de las aurículas ya concluyó por completo. Si no fuera por la acción de las válvulas cardiacas auriculoventriculares, situadas entre la aurícula y el ventrículo de cada lado, la contracción de los ventrículos haría que la sangre regresara hacia las aurículas. Dichas válvulas son unas solapas de tejido conectivo que, como una puerta entre dos habitaciones, permiten el movimiento en un sentido pero lo bloquean cuando la presión cambia el sentido. La válvula auriculoventricular del lado derecho está formada por tres solapas de tejido conectivo y recibe el nombre de válvula tricúspide. La del lado izquierdo consta de dos solapas de tejido conectivo y se denomina válvula mitral o bicúsplde. Las solapas están unidas a unas cuerdas de material tendinoso llamadas precisamente cuerdas tendinosas. Éstas se encuentran embutidas en gruesos músculos papilares, cuyas contracciones parciales evitan que las solapas se muevan más allá del punto donde el cierre de la válvula es perfecto. Las solapas se mueven libremente hacia el interior de la cámara ventricular durante la sístole auricular, de modo que la sangre pueda salir de las aurículas y entrar a los ventrículos. Por el contrario, el movimiento en sentido opuesto es impedido por las firmes cuerdas tendinosas, de tal suerte que durante la sístole ventricular la sangre cierra las solapas y eso impide que regrese a la aurícula. La sangre del ventrículo derecho es impelida hacia los pulmones a través de las arterias pulmonares. La sangra del ventrículo izquierdo sale a través del tronco aórtico, el grueso vaso que se encarga de conducir la sangre hasta las subdivisiones arteriales que la transportarán hacia todas las partes del cuerpo. Las válvulas semilunares de la aorta y la arteria pulmonar impiden el flujo retrógrado de la sangre hacia los ventrículos. Estas válvulas son sacos con forma de media luna. Cuando la sangre de las arterias trata de retornar a los ventrículos, estos sacos se hinchan al llenarse de sangre y al hacerlo se juntan en la luz arterial, con lo cual bloquean el reingreso de la sangre. El músculo cardiaco en sí es abastecido de sangre por las arterias coronarias izquierda y derecha. Estos vasos se derivan de la aorta en un punto cercano a su origen en el ventrículo izquierdo. Después se ramifican para suministrar sangre a todo el corazón. Cuando se ocluye una de las ramas de la artería coronaría, sea por espasmo (contracción) o por embolia (obstrucción por un coágulo), el músculo cardiaco abastecido por dicha ramificación se daña. La región muscular perjudicada se denomina Infarto. Si la lesión es extensa, el corazón se detiene y sobreviene la muerte. Este tipo de patología se denomina comúnmente ataque cardiaco y es una causa muy frecuente de muerte entre los hombres de mediana edad de los países occidentales, aunque en a