LA CIRCULACIÓN Y LA SANGRE
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considerarse eximo dos corazones en uno. El lado derecho de este órgano recibe la sangre desoxigenada de la
circulación sistémica y la bombea hacia los pulmones a
través de la artería pulmonar. La sangre oxigenada regresa al corazón a través de las dos venas pulmonares y es
bombeada para que salga del ventrículo izquierdo hacia
la aorta, desde donde finalmente llegará a todas las partes del cuerpo.
17.2
EL CORAZÓN HUMANO
Este órgano es una estructura de cuatro cámaras localizada en el pecho (Fig. 17.2). La porción muscular gruesa
contiene los dos ventrículos; las dos aurículas semejan
solapas puestas encima de los ventrículos.
Las dos aurículas se llenan al mismo tiempo. Mientras se llenan, éstas permanecen relajadas. A partir de
un nodo tisular de la aurícula derecha, llamado nodo
sinoauricular (SA) o sinusal, una ola de contracciones
recorre las aurículas y la sangre es bombeada hacia los
ventrículos relajados. El estado de relajación del músculo
cardiaco se llama diástole; el estado de contracción se
denomina sístole. Para cuando empieza la sístole de los
ventrículos, la sístole de las aurículas ya concluyó por
completo. Si no fuera por la acción de las válvulas cardiacas auriculoventriculares, situadas entre la aurícula
y el ventrículo de cada lado, la contracción de los ventrículos haría que la sangre regresara hacia las aurículas.
Dichas válvulas son unas solapas de tejido conectivo
que, como una puerta entre dos habitaciones, permiten el
movimiento en un sentido pero lo bloquean cuando la
presión cambia el sentido.
La válvula auriculoventricular del lado derecho está
formada por tres solapas de tejido conectivo y recibe el
nombre de válvula tricúspide. La del lado izquierdo
consta de dos solapas de tejido conectivo y se denomina
válvula mitral o bicúsplde. Las solapas están unidas
a unas cuerdas de material tendinoso llamadas precisamente cuerdas tendinosas. Éstas se encuentran
embutidas en gruesos músculos papilares, cuyas contracciones parciales evitan que las solapas se muevan
más allá del punto donde el cierre de la válvula es perfecto. Las solapas se mueven libremente hacia el interior de
la cámara ventricular durante la sístole auricular, de modo que la sangre pueda salir de las aurículas y entrar a
los ventrículos. Por el contrario, el movimiento en sentido
opuesto es impedido por las firmes cuerdas tendinosas,
de tal suerte que durante la sístole ventricular la sangre
cierra las solapas y eso impide que regrese a la aurícula.
La sangre del ventrículo derecho es impelida hacia
los pulmones a través de las arterias pulmonares. La
sangra del ventrículo izquierdo sale a través del tronco
aórtico, el grueso vaso que se encarga de conducir
la sangre hasta las subdivisiones arteriales que la
transportarán hacia todas las partes del cuerpo. Las válvulas semilunares de la aorta y la arteria pulmonar impiden el flujo retrógrado de la sangre hacia los ventrículos.
Estas válvulas son sacos con forma de media luna.
Cuando la sangre de las arterias trata de retornar a los
ventrículos, estos sacos se hinchan al llenarse de sangre
y al hacerlo se juntan en la luz arterial, con lo cual bloquean el reingreso de la sangre.
El músculo cardiaco en sí es abastecido de sangre
por las arterias coronarias izquierda y derecha. Estos
vasos se derivan de la aorta en un punto cercano a su
origen en el ventrículo izquierdo. Después se ramifican
para suministrar sangre a todo el corazón. Cuando se
ocluye una de las ramas de la artería coronaría, sea por
espasmo (contracción) o por embolia (obstrucción por un
coágulo), el músculo cardiaco abastecido por dicha ramificación se daña. La región muscular perjudicada se denomina Infarto. Si la lesión es extensa, el corazón se
detiene y sobreviene la muerte. Este tipo de patología
se denomina comúnmente ataque cardiaco y es una
causa muy frecuente de muerte entre los hombres de
mediana edad de los países occidentales, aunque en
a