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BIOLOGÍA
Puede haber uno o más de estos mecanismos elementales de bombeo, disposición que asegura el movimiento
continuo de la sangre. En los peces, que representan el
grupo más antiguo de vertebrados, el corazón está formado por un sólo compartimiento receptor de pared delgada, la aurícula o atrio, el cual vacía su contenido en
una c ámara de bombeo más poderosa, el ventrículo
(Fig. 17.1), cuya pared es más gruesa. Durante cada ciclo circulatorio completo la sangre pasa una sola vez
por el corazón. La sangre es bombeada hacia los capilares de las branquias para su oxigenación, pero debido
a que los peces no tienen una bomba en el otro lado de
éstas, su sangre circula con lentitud y con mucho menos
fuerza por el resto del cuerpo (circulación sistémica).
Se observa un avance notable en los anfibios, los
cuales viven en el agua durante la primera parte de su vida y, después de la metamorfosis, continúan su vida
adulta en tierra. En ellos se observan dos cámaras receptoras, una aurícula izquierda y otra derecha, pero un solo
ventrículo. Los anfibios también cuentan con dos circulaciones: un circuito pulmonar y otro sistémico. Los
pulmones de la mayoría de ellos son huecos y relativamente ineficientes; la piel actúa como un órgano auxiliar
de oxigenación y parte de la sangre que circula hacia los
pulmones es desviada de hecho a través de la sangre.
EJEMPLO 2 La sangre venosa desoxigenada que proviene de la circulación sistémica entra a la aurícula derecha
y en seguida pasa hacia el ventrículo; la sangre venosa altamente oxigenada procedente de la circulación pulmonar entra a la aurícula izquierda y después pasa hacia el ventrículo.
A pesar de que ocurre cierta mezcla de sangre de las dos
aurículas (y por ello de las dos circulaciones), cuando el ventrículo se contrae la mayor parte de la sangre de la aurícula
derecha (sangre sistémica) pasa hacia la arteria pulmonar y
sigue su curso hacia los pulmones; de igual modo, la mayor
parte de la sangre de la aurícula izquierda (sangre pulmonar)
sale por la aorta y recorre todos los tejidos del cuerpo.
Las aves y los mamíferos cuentan con una evidente
y clara separación de las dos circulaciones y con un
corazón de cuatro cámaras que en realidad podría
Fig. 17.2