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214 BIOLOGÍA numerosas son éstas en el intestino grueso. Dichas bacterias intervienen en la absorción de agua y minerales, producen ciertas vitaminas y mantienen la actividad intestinal normal. Por lo común, las alteraciones digestivas causadas por los antibióticos se deben a que estos también destruyen las bacterias intestinales. Cuando las heces fecales llenan el recto se dispara un reflejo (Cap. 22) en el cual la porción inferior extrema de la médula espinal envía impulsos motores al colon, con lo que aumenta la actividad muscular. Estas contracciones, acopladas con la relajación de los esfínteres de la región anal, ejercen presión sobre el contenido del recto y de esta manera se expulsan las heces. La coordinación de estos movimientos es controlada por un centro de defecación situado en el bulbo raquídeo encefálico, región neuronal situada en el límite entre e! encéfalo y la médula espinal. La defecación no es totalmente involuntaria, excepto en condiciones extremas; por ejemplo, morir ejecutado o experimentar una situación de terror avasallador. En tales casos, la estimulación masiva del nervio vago provoca la defecación y, comúnmente, también la expulsión de orina. En circunstancias normales es posible inhibir 11 impulso de defecación mediante contracciones voluntarias de los músculos pélvicos y del esfínter anal. La continua supresión de los ritmos normales de defecación puede provocar estreñimiento, es decir, incapacidad crónica de defecar regularmente o bien dificultad para hacerlo. 16.3 EL HÍGADO DE LOS VERTEBRADOS En los vertebrados, el hígado es el órgano interno más voluminoso del cuerpo y, quizá, también el más diverso. Este órgano fue precedido evolutivamente por el hepatopáncreas de los invertebrados, si bien este último es mucho menos versátil en b que respecta a funciones metabólicas. Se considera que la evaginación intestinal que forma el ciego hueco del anfioxo (un pariente muy cercano de los vertebrados) es el primer homólogo (órgano semejante por su desarrollo) verdadero del hígado. En los seres humanos, el hígado es un órgano cuneiforme de gran tamaño dividido en dos lóbulos principales. En todos los vertebrados funciona a la vez como glándula exocrina (que libera sus secreciones a través de conductos definidos) y como glándula endocrina (que secreta sustancias directamente en el torrente sanguíneo). Estas funciones glandulares se efectúan además de los importantes ciclos de interconversiones metabólicas que tienen lugar en ese órgano. Asimismo, el hígado se encarga de producir albúmina, colesterol y fibrinógeno (factor de coagulación sanguínea) y de almacenar hierro y ciertas vitaminas liposolubles como la A y la D. Además , es el sitio donde se destruyen los glóbulos rojos obsoletos y donde se realiza la conversión de la hemoglobina en sales y pigmentos biliares. En los embriones de los vertebrados da origen a los glóbulos rojos. Bajo la influencia de los glucocorticoides, el hígado convierte aminoácidos en pequeñas reservas de proteínas y también en glucosa (durante la glucogénesis). Otra de sus funciones es purificar la sangre librándola de partículas inútiles; por ejemplo, glóbulos rojos en degeneración, cuerpos extraños al sistema circulatorio y materias primas del propio organismo pero no asimiladas. En los sinusoides (capilares) del hígado abundan unos macrófagos de gran tamaño denominados células de Kupfer, los cuales engloban materia en forma de partículas. También se observan otros tipos de macrófagos cuya función es limpiar la sangre de grandes conglomerados moleculares. Una vez adentro de las células parenquimatosas del hígado, los fragmentos de glóbulos rojos fagocitados se convierten en bilis. A pesar de que la mayor parte de la degradación de los eritrocitos comienza en el bazo y en la médula ósea, la formación de bilis corresponde al hígado. El hígado también se ocupa de degradar muchas toxinas, transformándolas de esa manera en sustancias inocuas para el organismo. Esta labor puede llevarse a cabo por oxidación, metilación, hidroxilaclón o conjugación con unidades orgánicas como el ácido glucurónico. Aunque el hígado excreta muchas de esas toxinas neutralizadas también puede concentrarlas en sus lóbulos. Por esta razón se sugiere no comer el hígado de animales que producen venenos o que pudieran haberlos acumulado por ingestión. Mediante la síntesis de enzimas, el hígado puede reducir las concentraciones de ciertas sustancias potencialmente dañinas. Por ejemplo, la colinesterasa del suero, sintetizada por el hígado, ayuda a mantener la acetilcolina en niveles manejables. Por otra parte, los sistemas hepáticos que intervienen en la destoxificación inactivan diversas hormonas. Estos sistemas también esteriflcan el colesterol. Puesto que un hígado enfermo no puede desempeñar sus funciones, las personas con mal funcionamiento hepático son muy vulnerables a la intoxicación por medicamentos, a la toxemia y a la acumulación de hormonas. 16.4 DIETA Y SALUD Como se señaló en capítulos anteriores (3, 5 y 15), somos literalmente lo que comemos. Esto no sólo se refiere a que el material de que está constituido nuestro cuerpo proviene del alimento que consumimos ni a que dependemos de lo que ingerimos para tener la energía necesaria para impulsar nuestro "motor" vivo. Más que eso, significa que nuestro buen funcionamiento, nuestra personalidad, nuestra manera de ver las cosas, nuestro bienestar e incluso nuestra capacidad de aprendizaje y