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BIOLOGÍA
numerosas son éstas en el intestino grueso. Dichas bacterias intervienen en la absorción de agua y minerales,
producen ciertas vitaminas y mantienen la actividad intestinal normal. Por lo común, las alteraciones digestivas
causadas por los antibióticos se deben a que estos también destruyen las bacterias intestinales.
Cuando las heces fecales llenan el recto se dispara
un reflejo (Cap. 22) en el cual la porción inferior extrema
de la médula espinal envía impulsos motores al colon,
con lo que aumenta la actividad muscular. Estas contracciones, acopladas con la relajación de los esfínteres de la
región anal, ejercen presión sobre el contenido del recto
y de esta manera se expulsan las heces. La coordinación
de estos movimientos es controlada por un centro de defecación situado en el bulbo raquídeo encefálico, región
neuronal situada en el límite entre e! encéfalo y la médula
espinal. La defecación no es totalmente involuntaria,
excepto en condiciones extremas; por ejemplo, morir ejecutado o experimentar una situación de terror avasallador. En tales casos, la estimulación masiva del nervio
vago provoca la defecación y, comúnmente, también la
expulsión de orina. En circunstancias normales es posible inhibir 11 impulso de defecación mediante contracciones voluntarias de los músculos pélvicos y del esfínter
anal. La continua supresión de los ritmos normales de
defecación puede provocar estreñimiento, es decir, incapacidad crónica de defecar regularmente o bien dificultad
para hacerlo.
16.3
EL HÍGADO DE LOS VERTEBRADOS
En los vertebrados, el hígado es el órgano interno más
voluminoso del cuerpo y, quizá, también el más diverso.
Este órgano fue precedido evolutivamente por el hepatopáncreas de los invertebrados, si bien este último es
mucho menos versátil en b que respecta a funciones metabólicas. Se considera que la evaginación intestinal que
forma el ciego hueco del anfioxo (un pariente muy cercano de los vertebrados) es el primer homólogo (órgano
semejante por su desarrollo) verdadero del hígado.
En los seres humanos, el hígado es un órgano cuneiforme de gran tamaño dividido en dos lóbulos principales. En todos los vertebrados funciona a la vez como
glándula exocrina (que libera sus secreciones a través
de conductos definidos) y como glándula endocrina
(que secreta sustancias directamente en el torrente sanguíneo). Estas funciones glandulares se efectúan además de los importantes ciclos de interconversiones
metabólicas que tienen lugar en ese órgano. Asimismo,
el hígado se encarga de producir albúmina, colesterol y fibrinógeno (factor de coagulación sanguínea) y de almacenar hierro y ciertas vitaminas liposolubles como la A y
la D. Además , es el sitio donde se destruyen los glóbulos
rojos obsoletos y donde se realiza la conversión de la
hemoglobina en sales y pigmentos biliares. En los embriones de los vertebrados da origen a los glóbulos rojos.
Bajo la influencia de los glucocorticoides, el hígado
convierte aminoácidos en pequeñas reservas de proteínas y también en glucosa (durante la glucogénesis).
Otra de sus funciones es purificar la sangre librándola de partículas inútiles; por ejemplo, glóbulos rojos en
degeneración, cuerpos extraños al sistema circulatorio y
materias primas del propio organismo pero no asimiladas. En los sinusoides (capilares) del hígado abundan
unos macrófagos de gran tamaño denominados células
de Kupfer, los cuales engloban materia en forma de partículas. También se observan otros tipos de macrófagos
cuya función es limpiar la sangre de grandes conglomerados moleculares. Una vez adentro de las células parenquimatosas del hígado, los fragmentos de glóbulos
rojos fagocitados se convierten en bilis. A pesar de que la
mayor parte de la degradación de los eritrocitos comienza en el bazo y en la médula ósea, la formación de bilis
corresponde al hígado.
El hígado también se ocupa de degradar muchas
toxinas, transformándolas de esa manera en sustancias
inocuas para el organismo. Esta labor puede llevarse a
cabo por oxidación, metilación, hidroxilaclón o conjugación con unidades orgánicas como el ácido glucurónico. Aunque el hígado excreta muchas de esas toxinas
neutralizadas también puede concentrarlas en sus lóbulos. Por esta razón se sugiere no comer el hígado de animales que producen venenos o que pudieran haberlos
acumulado por ingestión.
Mediante la síntesis de enzimas, el hígado puede
reducir las concentraciones de ciertas sustancias potencialmente dañinas. Por ejemplo, la colinesterasa del suero, sintetizada por el hígado, ayuda a mantener la
acetilcolina en niveles manejables. Por otra parte, los sistemas hepáticos que intervienen en la destoxificación
inactivan diversas hormonas. Estos sistemas también esteriflcan el colesterol. Puesto que un hígado enfermo no
puede desempeñar sus funciones, las personas con mal
funcionamiento hepático son muy vulnerables a la intoxicación por medicamentos, a la toxemia y a la acumulación de hormonas.
16.4
DIETA Y SALUD
Como se señaló en capítulos anteriores (3, 5 y 15), somos literalmente lo que comemos. Esto no sólo se refiere
a que el material de que está constituido nuestro cuerpo
proviene del alimento que consumimos ni a que dependemos de lo que ingerimos para tener la energía necesaria para impulsar nuestro "motor" vivo. Más que eso,
significa que nuestro buen funcionamiento, nuestra personalidad, nuestra manera de ver las cosas, nuestro
bienestar e incluso nuestra capacidad de aprendizaje y