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210 BIOLOGÍA Fig. 16.3 Aparato digestivo de los rumiantes conduce hasta un órgano de almacenamiento: el buche o estómago. Estos depósitos de alimento pueden presentarse más de una vez en ciertos aparatos digestivos. Muchos animales que pastan, por ejemplo el caballo, tienen un voluminoso ciego intestinal, amplio saco situado en el punto de unión de los intestinos delgado y grueso. En esta estructura se localiza una densa población de bacterias ¿¡gestoras de la celulosa, las cuales ponen a disposición de su hospedero los productos de la degradación de esa sustancia. EJEMPLO 4 Una adaptación especial para el apacentamiento es la de los rumiantes, grandes mamíferos —como las vacas y los ciervos— que devoran con presteza cantidades sorprendentes de hierbas y malezas y que regurgitan más tarde ese material para volver a masticarlo y completar su procesamiento. El material regurgitado se llama bolo alimenticio y la remasticación ayuda a degradar la celulosa. Con el fin de dar cabida a la gran masa de celulosa ingerida, los rumiantes tienen un estómago integrado por cuatro cámaras (Fig. 16.3). Las primeras dos cámaras, el rumen o panza y la redecilla o bonete (de menor tamaño), son en realidad porciones ensanchadas del esófago. El bolo regurgitado se localiza en esas dos cámaras. Hay una vasta colonia de bacterias y protozoarios en el rumen y el bonete, los cuales sirven como tanques de fermentación en los que se procesan lentamente la celulosa y los principales nutrientes. Cabe recalcar que las bacterias del rumen y el bonete sintetizan una cantidad Importante de nutrientes. Por otra parte, las bacterias complementan el alimento ingerido, pues grandes cantidades de ellas son arrastradas hacia las cámaras posteriores del estómago y el intestino. Los líquidos y el bolo bien masticado pasan hacia el omaso o libro y finalmente hacia el abomaso o cuajar, considerado este último como el verdadero estómago de los rumiantes. Si el organismo no tuviera una capacidad considerable de almacenamiento, tendría que comer continuamente para mantener un suministro constante de calorías. En el intestino de muchas especies de insectos sobresalen unos apéndices huecos en forma de bolsa, llamados divertículos, cuya finalidad es aumentar esa capacidad de almacenamiento. Mientras se alimentan, los organismos están expuestos al ataque de otros, razón por la cual una alimentación prolongada aumenta el riesgo de muerte o lesiones. Asimismo, la incapacidad para almacenar el alimento resultante de !a captura de una presa significaría que la mayor parte del alimento así obtenido se desperdiciaría y que la máquina devoradora (el animal) estaría funcionando con mucha inefeiencia. Después del estómago, el siguiente tramo del aparato digestivo es una estructura larga y tubular denominada intestino. En todos los mamíferos, el intestino se divide en un intestino delgado extremadamente largo y en un intestino grueso más corto. Una buena parte de la digestión química y casi toda la absorción subsecuente de nutrientes por el sistema circulatorio ocurren en el intestino delgado. Existe una variedad de adaptaciones para incrementar la superficie de absorción. Una gran longitud de intestino da origen a una superficie de absorción correspondiente grande (el intestino humano mide 2 más de 6 m de longitud y cuenta con casi 300 m de área superficial). La longitud relativamente corta del duodeno (el primer segmento del intestino delgado) es compatible con esta relación entre el área superficial y la absorción,