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BIOLOGÍA
Fig. 16.3 Aparato digestivo de los rumiantes
conduce hasta un órgano de almacenamiento: el buche
o estómago. Estos depósitos de alimento pueden presentarse más de una vez en ciertos aparatos digestivos.
Muchos animales que pastan, por ejemplo el caballo, tienen un voluminoso ciego intestinal, amplio saco situado
en el punto de unión de los intestinos delgado y
grueso. En esta estructura se localiza una densa población de bacterias ¿¡gestoras de la celulosa, las cuales ponen a disposición de su hospedero los productos de la
degradación de esa sustancia.
EJEMPLO 4 Una adaptación especial para el apacentamiento es la de los rumiantes, grandes mamíferos —como
las vacas y los ciervos— que devoran con presteza cantidades sorprendentes de hierbas y malezas y que regurgitan más tarde ese material para volver a masticarlo y
completar su procesamiento. El material regurgitado se llama bolo alimenticio y la remasticación ayuda a degradar la
celulosa.
Con el fin de dar cabida a la gran masa de celulosa ingerida, los rumiantes tienen un estómago integrado por cuatro cámaras (Fig. 16.3). Las primeras dos cámaras, el rumen
o panza y la redecilla o bonete (de menor tamaño), son en
realidad porciones ensanchadas del esófago. El bolo regurgitado se localiza en esas dos cámaras. Hay una vasta colonia de bacterias y protozoarios en el rumen y el bonete, los
cuales sirven como tanques de fermentación en los que se
procesan lentamente la celulosa y los principales nutrientes.
Cabe recalcar que las bacterias del rumen y el bonete sintetizan una cantidad Importante de nutrientes. Por otra parte,
las bacterias complementan el alimento ingerido, pues grandes cantidades de ellas son arrastradas hacia las cámaras
posteriores del estómago y el intestino. Los líquidos y el bolo
bien masticado pasan hacia el omaso o libro y finalmente
hacia el abomaso o cuajar, considerado este último como el
verdadero estómago de los rumiantes.
Si el organismo no tuviera una capacidad considerable de almacenamiento, tendría que comer continuamente para mantener un suministro constante de
calorías. En el intestino de muchas especies de insectos
sobresalen unos apéndices huecos en forma de bolsa,
llamados divertículos, cuya finalidad es aumentar esa
capacidad de almacenamiento. Mientras se alimentan,
los organismos están expuestos al ataque de otros, razón
por la cual una alimentación prolongada aumenta el
riesgo de muerte o lesiones. Asimismo, la incapacidad
para almacenar el alimento resultante de !a captura de
una presa significaría que la mayor parte del alimento así
obtenido se desperdiciaría y que la máquina devoradora
(el animal) estaría funcionando con mucha inefeiencia.
Después del estómago, el siguiente tramo del aparato digestivo es una estructura larga y tubular denominada intestino. En todos los mamíferos, el intestino se
divide en un intestino delgado extremadamente largo y
en un intestino grueso más corto. Una buena parte de
la digestión química y casi toda la absorción subsecuente
de nutrientes por el sistema circulatorio ocurren en el intestino delgado. Existe una variedad de adaptaciones
para incrementar la superficie de absorción. Una gran
longitud de intestino da origen a una superficie de absorción correspondiente grande (el intestino humano mide
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más de 6 m de longitud y cuenta con casi 300 m de área
superficial). La longitud relativamente corta del duodeno
(el primer segmento del intestino delgado) es compatible
con esta relación entre el área superficial y la absorción,