INTERACCIONES DE LAS PLANTAS VASCULARES
CON SU AMBIENTE
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Flg. 14.1 Fitocromo
En principio, el fitocromo es sintetizado en su forma
Pr. Sin embargo, al absorber luz roja se convierte en la
forma Pt. A su vez, el P* absorbe luz roja lejana para volver a constituir la molécula Pr más estable. En vista de
que el P, tiene mayor estabilidad, en la oscuridad el P, se
transforma otra vez en Pr; además, existe la posibilidad
de una degradación espontánea o como resultado de una
catálisis enzimática. Dado que la luz roja predomina durante el día, en condiciones iluminación casi todo el fitocromo está en la forma P,. Por el contrario, durante la
noche la concentración de P» es baja. Por tanto, es fácil
suponer que las proporciones de esas dos formas del
pigmento permiten que la planta distinga entre la noche y
el día.
Sin embargo, la determinación de la duración de
los periodos nocturnos o diurnos por la planta es mucho
más compleja. Quizá implica una interacción entre el fitocromo y el mecanismo cronométrico interno presente en
casi todas las células vivas. Los relojes biológicos existen
como ritmos endógenos (internos) de actividad más o
menos intensa y, en general, siguen un ciclo circadiano
(es decir, de 24 horas). El sistema del fitocromo sirve para marcar los periodos de oscuridad y de luz; sin embargo, no parece funcionar como medida de la duración de
éstos. Es factible que los dos mecanismos operen juntos
para permitir a la planta la detección del tiempo que pasa
realmente en la luz o en la oscuridad.
La cadencia de los relojes biológicos parece deberse a ciertas alteraciones del funcionamiento de la membrana. Pudiera ser que algunas de las características de
permeabilidad de la membranas, tan importante para el
metabolismo celular, también se relacionen con alteraciones de la estructura proteínica o, por otra parte, con cambios en la concentración o en las características de los
fosfolípidos de la membrana. Los fitocromos, independientemente de su forma específic a, puedan cambiar el
punto de arranque del reloj mediante una alteración de
las características de la membrana celular. De este modo, la fotoperiodicidad puede ser regulada en última instancia al nivel de dicha membrana.
La fotoperiodicidad no existe nada más en las plantas. En grupos biológicos que incluyen desde los insectos
hasta los mamíferos, incluso los primates, los ciclos de
luz y oscuridad pueden iniciar desplazamientos migratorios, alterar los estados emocionales, iniciar los fenómenos sexuales y los patrones de cortejo y estimular la
metamorfosis. Desde luego, los mecanismos hormonales
relacionados con estas respuestas animales son muy