Emociones y relaciones íntimas: la conducta amorosa
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la transparencia, quien sería, pues, la responsable de tal cambio. De hecho,
esto fue lo que ocurrió. Cuando después los estudiantes evaluaron a las
mujeres, consideraron que eran mucho más atractivas aquellas que «habían
provocado» en ellos cambios en su ritmo cardíaco que las que no lo habían
provocado. Como vemos, pues, los datos de este estudio parecen apoyar la
teoría que estamos comentando, aunque este experimento analizaba más la
atracción sexual que el amor. En una prueba posterior y más directa de
esta teoría, Dutton y Aron (1974) examinaron a una muestra de sujetos
varones que tenían que realizar el experimento en una «situación realmente
excitante», consistente en responder a un cuestionario mientras estaban en
un puente colgante sobre un barranco profundo. En concreto, el puente
tenía 135 metros de largo y estaba suspendido a 69 metros de altura sobre
el rocoso río Carilano de Columbia Británica (Estados Unidos). Ciertamente, la gente siente excitación en tal situación y la mayoría de las veces
podríamos esperar que la denominasen «miedo» o «temor». Sin embargo,
¿qué pasa, se preguntan estos autores, si en esta situación a un hombre le
habla una mujer atractiva? ¿Será posible que atribuya al menos parte de su
excitación a sus sentimientos sexuales o de amor por la mujer? Los resultados indicaron que sí. Los hombres del puente colgante, entrevistados por
una experimentadora atractiva, incluyeron demasiada fantasía sexual en
breves historias que se les pidió que describieran acerca de una fotografía
ambigua. Es más, muchos de ellos también la llamaron después (ella les
había dado su nombre y su número de teléfono para el caso de que quisieran más información sobre la investigación). Esto no pasó cuando la misma
mujer llevó a cabo el mismo experimento, también con sujetos masculinos
y también en un puente, pero en un puente seguro. Parece ser que aquí no
hubo excitación y por ello