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Anastasio Ovejero Bernal
de alta ansiedad, 20 prefirieron esperar acompañadas (62,5 por 100) frente
a las 10 (33 por 100) que lo hicieron de las treinta mujeres de la condición
de baja ansiedad. En línea con ello, hay quien afirma que también el amor
tiene más probabilidades de surgir en situaciones de ansiedad y de miedo.
Y es que los demás sirven para reducir nuestra ansiedad. Es más, cuando
se les pregunta: «¿Qué es lo que le da significado a su vida?» o «¿Qué
necesita para ser feliz?», la mayoría de las personas mencionan, antes que
cualquier otra cosa, relaciones estrechas satisfactorias con los amigos, la
familia o la pareja (Berscheid, 1985). Por otra parte, los efectos asociados a
la posesión de unas buenas relaciones interpersonales son muchos, entre
ellos los siguientes (Argyle, 1990): Incide sobre la felicidad (las personas
con buenas relaciones se consideran más felices que aquellas que no las tienen); en la salud mental (las relaciones interpersonales sirven como apoyo
social para reducir el estrés); e incluso en la salud física, ya que la salud
corporal, la recuperación de las operaciones y la esperanza de vida se ven
influidas por la calidad de las relaciones.
Ahora bien, en el centro de todo ello está siempre, con mayor o menor
protagonismo, la atracción interpersonal: nuestro trabajo es más satisfactorio
cuando lo hacemos con quien nos agrada; nuestro matrimonio resultará
menos feliz cuando disminuye la atracción hacia nuestra pareja, etc. Y es
que la atracción entre las personas tal vez sea uno de los aspectos más relevantes de la interacción social, una variable que opera en muchas de nuestras relaciones interpersonales, regulándolas y dotándolas de sentido.
Pero, ¿qué es realmente la atracción interpersonal? Algunos la definen
sencillamente como interacción afectiva. Pero entonces existiría una amplia
variedad de fenómenos etiquetables como «atrac