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74 Anastasio Ovejero Bernal Pinazo y Musitu, la excesiva emocionalidad ahoga la voz y, repentinamente, una palabra o una sílaba se pronuncian en una nota mucho más aguda que la precedente. El volumen es también importante, pues quien inicia una conversación en un estado de tensión mal adaptado a la situación habla o demasiado alto (da muestras de autoridad y dominio) o demasiado bajo (tendencia a la introversión, la persona no puede o no quiere hacer el esfuerzo de ser oída). El ritmo se ha estudiado en los medios psiquiátricos pues uno de los síntomas más fiables de la tendencia al repliegue neurótico o psicótico, de la ruptura con la realidad y con los demás, es precisamente un ritmo de elocución átono, monótono, entrecortado o lento. El paralenguaje se refiere, pues, como señalan Sánchez y Canto (1995, pág. 319), a determinadas variaciones no lingüísticas, como el tono de voz, el ritmo, la velocidad del habla, las pausas y silencios, etc., que acompañan a las variaciones lingüísticas (elección del idioma, uso de un lenguaje más o menos elaborado, de unos tiempos verbales y otros, etc.), dentro de una conversación. Por último, existen también diversos estudios que sugieren que la voz es un elemento importante en ciertos aspectos de la persuasión. Así, al parecer la falta de fluidez influye sobre la percepción de credibilidad del emitente, no estimulando el cambio actitudinal, pero un mayor volumen y entonación, y menos interrupciones en el discurso se relacionan positivamente con una persuasión más eficaz. C) La proxémica, que analiza los problemas que surgen en torno a la utilización y estructuración del espacio personal, la distancia de interacción, la conducta territorial, etc. (Bados, 1991). El espacio personal se refiere al área contenida dentro de una frontera invisible, alrededor de cada persona, a través de la cual nadie debería pasar. Vendría a ser una «burbuja íntima» que rodea a todas las personas y se desplaza con ella. En cambio, el territorio se refiere más bien a un espacio físico, una zona fija, donde se señala a los intrusos su existencia por medio de distintas advertencias (por ejemplo, olores o sonidos), de amenazas y de ataques. Al contrario que el espacio personal, el territorio es fijo y no se desplaza con los individuos. Por último, llamamos distancia personal al espacio a partir del cual un animal no tolera la presencia de otro, por lo que el punto de referencia es el individuo y no el espacio. Conclusión De lo anterior se deduce que la dicotomía verbal/no verbal no parece ser especialmente útil si la extremam