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Anastasio Ovejero Bernal
Psicología en las que, como mucho, esta temática conforma una asignatura
optativa, con lo que numerosos alumnos terminan su carrera sin tener
nociones de comunicación, lo que va en detrimento de la formación básica
del alumno para ejercer en el campo de la clínica, la intervención psicosocial, la educación o las organizaciones, por poner sólo algunos ejemplos.
Tal deficiencia de base se habrá de notar con posterioridad, por ejemplo cuando el nuevo profesional se preocupe por cómo obtener información más precisa de los aspectos no verbales en su relación con el
paciente; al tratar de mediar en los conflictos que se generan en el seno
de las organizaciones; o cuando el psicólogo de la comunidad y de los
servicios sociales advierta que muchos de sus recursos son relacionales
(comunicacionales), y no dispone de una guía que le oriente cómo administrarlos o, ni tan siquiera, cómo identificarlos (Musitu, 1993, pág. 3).
En todo caso, afortunadamente cada vez se está estudiando más este
tema desde un enfoque psicosocial, como se constata en la aparición
en 1982 de una publicación periódica Journal of Language and Social Psychology, que trata justamente de unir psicología social y lenguaje, así como la
aparición de un cada vez mayor número de libros que defienden la necesidad de esta orientación (Giles y Robinson, 1990; etc.), incluido el tema de
los problemas y errores en la comunicación (Mortensen, 1997). Después de
todo, gran parte de la conducta individual tiene lugar en un contexto
social, se manifiesta lingüísticamente y está mediada por procesos cognitivos y comunicativos.
Definición y teorías de la comunicación
Como sostienen Musitu y Herrero (1993, pág. 12), la trascendencia y
relevancia social del estudio de la comunicación es innegable si convenimos
en que cualquier tipo de interacción humana, así como cualquier tipo de
organización social, implica la comunicación en cualquiera de sus diversas
manifestaciones. La comunicación es un fenómeno muy amplio y por ello es
también objeto de numerosas disciplinas que se ocupan de algunos de sus
diversos componentes: la sociología, la lingüística, la antropología, la psicología, etc. «Ante tal variedad de enfoques, la psicología social necesita acotar con la mayor precisión posible el ámbito estricto de su discurso y el área
concreta que compete a sus procedimientos de investigación. Pero como,
incluso dentro de un planteamiento estrictamente psicosocial del tema de la
comunicación, caben enfoques diversos, no estaría mal comenzar por una
visión general de los más importantes encuadres teóricos dentro de los que
se puede tratar psicosocialmente la comunicación humana para elegir de
entre ellos el más conveniente» (Pastor Ramos, 1994, pág. 314):
a) Teoría de la información, adoptada básicamente por los conductistas: según esta teoría, el proceso comunicativo humano consta de cinco