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Las relaciones humanas como intercambio 57 Teoría del cambio de Thibaut y Kelley Thibaut y Kelley (1959) presentaron una teoría de las relaciones intergrupales y el funcionamiento grupal, basándose en el supuesto de que toda conducta social necesita para su mantenimiento que sea reforzada, es decir, recompensada. Si una conducta social no es reforzada dejará de realizarse. De esta forma, toda interacción puede ser explicada en función de una relación de intercambio en la que dos o más individuos interactúan para conseguir metas que les son mutuamente beneficiosas. Si bien esta teoría tiene un marcado carácter individualista, pues asume que entendiendo las relaciones de intercambio que se dan en la díada es posible explicar las relaciones de los grupos sociales, su mérito consiste, tal y como escriben Deutsch y Krauss, en el hecho de que las recompensas y los costos no se experimentan como absolutos: la importancia psicológica de una recompensa varía según las experiencias pasadas de la persona y las oportunidades presentes. Al ampliar de esta manera el concepto de resultado, Thibaut y Kelley establecieron un puente entre los conceptos de los teóricos de la Gestalt y los psicólogos del refuerzo. Tradicionalmente los gestaltistas pusieron de relieve que las recompensas se perciben en relación con un contexto, pero dejaron de lado el estudio de las consecuencias de la recompensa sobre el comportamiento; los psicólogos del refuerzo, en cambio, acentuaron las consecuencias de la recompensa pero no las condiciones que determinan el modo en que se la percibe. Por tanto, Thibaut y Kelley nos presentan «un modelo racional de ser humano en el que su conducta está orientada y regida por la conservación y maximización de sus intereses» (Rodríguez Pérez, 1993, pág. 73), articulando, como dice Blanch, el supuesto psicológico hedonista con la toma en consideración gestaltista de los factores perceptivo-cognitivos de la situación y la insistencia neoconductista en el poder del refuerzo como variables de la interacción humana, tanto en lo referente a la relación interpersonal como a los procesos grupales. Los autores focalizan, sin embargo, su análisis en la mínima expresión de lo microsocial: la interacción diádica. Desde su perspectiva todo interactor se comporta como un comerciante tratando de adoptar en cada situación la alternativa estratégica que le ha de proporcionar los mayores beneficios. En consecuencia, las interacciones sociales se explican en términos de los resultados obtenidos por los participantes en dichas relaciones, resultados que dependen de las recompensas y los costos. Pero incluyen Thibaut y Kelley también otros conceptos poco conductistas. Así, la positividad o negatividad de un resultado está determinada por la comparación con el punto neutro de la escala de satisfactoriedad de los resultados. La interacción será agradable si se encuentra por encima de ese punto neutro y desagradable si se encuentra por debajo. Ese punto neutro se llama nivel de comparación («comparison level» = CL). Pero a veces nos enfrentamos a situaciones cuyos resultados, evaluados en función del CL, son insatisfactorios y sin embargo, mantenemos la situación. Thi-