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Anastasio Ovejero Bernal
matemáticas, la mayoría de las personas utilizan de manera apropiada la
información concerniente a la consistencia (¿Isabel suele tener casi siempre
problemas con esta asignatura?), la distintividad (¿tiene problemas Isabel
también con otros profesores o sólo con éste?) y el consenso (¿también las
demás personas tienen problemas con este profesor?). Pues bien, haremos
una atribución interna en el caso de que Isabel, y no sus compañeros, tenga
problemas con este profesor, a la vez que ella tenga problemas también con
otros profesores.
B) Teorías atribucionales: según Charles Antaki sólo existen estas dos
teorías de la atribución:
1) Teoría atribucional de la motivación de Weiner: esta teoría surge al
ser considerada la conveniencia de incluir una dimensión cognoscitiva en la
explicación de la motivación de logro, dimensión que no es otra que la atribución causal del éxito o del fracaso. Lo que realmente pretende Weiner
(1985) es construir una teoría que sea capaz de dar cuenta de las atribuciones causales que la gente hace de sus éxitos y de sus fracasos, para
poder así predecir cuál será la motivación y el comportamiento futuros de
la gente. Y para ello considera suficientes estas tres dimensiones: a) El
locus o el lugar donde se encuentra la causa, que puede ser interno (por
ejemplo, la habilidad o el esfuerzo) o externo (la suerte, la dificultad de la
tarea, etc.); b) La estabilidad, que se refiere a la naturaleza temporal de una
causa. En este sentido, la causalidad puede ser estable (por ejemplo, las
capacidades o aptitudes) o inestable (el esfuerzo o la suerte); y c) Control o
controlabilidad, que se refiere a la capacidad del individuo para influir o
modificar la causa de un evento. Según esta dimensión, la causalidad podrá
ser controlable (por ejemplo, el esfuerzo) o incontrolable (la suerte).
En consecuencia, cuando, por ejemplo, un alumno fracasa en un examen (o tiene éxito en ese examen), tenderá a buscar una causa a su fracaso
(o a su éxito), y la causa a la que él atribuya su conducta influirá fuertemente en su motivación y en su rendimiento para próximos examen. Veamos un ejemplo: José suspende el examen de matemáticas y se dice a sí
mismo: «He suspendido porque yo no valgo para las matemáticas.» Como
vemos, ha hecho una atribución interna, estable e incontrolable. Justamente
la peor que podía hacer, ya que le lleva a la indefensión aprendida, porque
si a la semana siguiente vuelve a hacer otro examen de matemáticas y
vuelve a suspender, y hace la misma atribución, entonces ¿para qué estudiar para el próximo examen, si sabe que volverá a suspender, porque él no
sirve para eso? De ahí que una de las funciones de los psicólogos escolares
consista en ayudar a los niños y niñas a hacer atribuciones apropiadas, que
no son otras que las internas, inestables y controlables, como por ejemplo:
«He suspendido porque no he estudiado lo suficiente.»
2) Teoría de la indefensión aprendida de Seligman: esta teoría, que inicialmente fue formulada por Seligman (1975) y después modificada por
Abramson, Seligman y Teasdale (1978) para hacerla aplicable a la conducta
humana, puede ser considerada también, a mi modo de ver, una aplicación