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46 Anastasio Ovejero Bernal matemáticas, la mayoría de las personas utilizan de manera apropiada la información concerniente a la consistencia (¿Isabel suele tener casi siempre problemas con esta asignatura?), la distintividad (¿tiene problemas Isabel también con otros profesores o sólo con éste?) y el consenso (¿también las demás personas tienen problemas con este profesor?). Pues bien, haremos una atribución interna en el caso de que Isabel, y no sus compañeros, tenga problemas con este profesor, a la vez que ella tenga problemas también con otros profesores. B) Teorías atribucionales: según Charles Antaki sólo existen estas dos teorías de la atribución: 1) Teoría atribucional de la motivación de Weiner: esta teoría surge al ser considerada la conveniencia de incluir una dimensión cognoscitiva en la explicación de la motivación de logro, dimensión que no es otra que la atribución causal del éxito o del fracaso. Lo que realmente pretende Weiner (1985) es construir una teoría que sea capaz de dar cuenta de las atribuciones causales que la gente hace de sus éxitos y de sus fracasos, para poder así predecir cuál será la motivación y el comportamiento futuros de la gente. Y para ello considera suficientes estas tres dimensiones: a) El locus o el lugar donde se encuentra la causa, que puede ser interno (por ejemplo, la habilidad o el esfuerzo) o externo (la suerte, la dificultad de la tarea, etc.); b) La estabilidad, que se refiere a la naturaleza temporal de una causa. En este sentido, la causalidad puede ser estable (por ejemplo, las capacidades o aptitudes) o inestable (el esfuerzo o la suerte); y c) Control o controlabilidad, que se refiere a la capacidad del individuo para influir o modificar la causa de un evento. Según esta dimensión, la causalidad podrá ser controlable (por ejemplo, el esfuerzo) o incontrolable (la suerte). En consecuencia, cuando, por ejemplo, un alumno fracasa en un examen (o tiene éxito en ese examen), tenderá a buscar una causa a su fracaso (o a su éxito), y la causa a la que él atribuya su conducta influirá fuertemente en su motivación y en su rendimiento para próximos examen. Veamos un ejemplo: José suspende el examen de matemáticas y se dice a sí mismo: «He suspendido porque yo no valgo para las matemáticas.» Como vemos, ha hecho una atribución interna, estable e incontrolable. Justamente la peor que podía hacer, ya que le lleva a la indefensión aprendida, porque si a la semana siguiente vuelve a hacer otro examen de matemáticas y vuelve a suspender, y hace la misma atribución, entonces ¿para qué estudiar para el próximo examen, si sabe que volverá a suspender, porque él no sirve para eso? De ahí que una de las funciones de los psicólogos escolares consista en ayudar a los niños y niñas a hacer atribuciones apropiadas, que no son otras que las internas, inestables y controlables, como por ejemplo: «He suspendido porque no he estudiado lo suficiente.» 2) Teoría de la indefensión aprendida de Seligman: esta teoría, que inicialmente fue formulada por Seligman (1975) y después modificada por Abramson, Seligman y Teasdale (1978) para hacerla aplicable a la conducta humana, puede ser considerada también, a mi modo de ver, una aplicación