Cómo interpretamos la conducta social:…
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proponen que se consideren otras acciones posibles y se comparen sus
efectos: los que no sean específicos de las diversas acciones no se retendrán
y, en consecuencia, cuantos menos efectos comunes haya, más fácil será la
atribución de intención. Por ejemplo, Juan es un alumno de COU que
puede elegir entre estudiar psicología, medicina o arquitectura. Las tres
carreras le gustan mucho. Además, las tres pueden ser cursadas en su ciudad de residencia. Pero mientras que si hace psicología o medicina él cree
que le será difícil encontrar trabajo, en cambio si hace arquitectura tiene
asegurado un puesto en la empresa de su padre. Finalmente Juan elige
estudiar arquitectura: ¿a qué atribuiremos su elección? Pensaremos que eligió estudiar arquitectura no porque le guste, ni porque existan estudios de
arquitectura en su ciudad, puesto que ambos son efectos comunes a las tres
carreras, sino porque tiene perfectamente asegurado un puesto de trabajo,
que es el único efecto no común.
3) El modelo de covariación de Kelley: Kelley (1967) quiere sistematizar las ideas de Heider y generalizarlas a una gran variedad de fenómenos
psicosociales, mostrando su utilidad en la mayoría de los campos que estudia la psicología social. Sin duda alguna ha sido Harold Kelley el que,
basándose en las ideas de Heider y tomando la analogía del procedimiento
científico, ha concebido el modelo más amplio para explicar el proceso de
atribución. En efecto, este modelo se aplica tanto a las atribuciones que
pueden hacerse sobre uno mismo (autoatribución) como las que tienen por
objeto los demás (heteroatribución); además, no se limita a atribuciones de
un tipo particular, sino que puede englobar asimismo otras que se refieren
a unos aspectos tan diferentes como actitudes, disposiciones de personalidad, emociones, intenciones, etc. Kelley subraya el carácter motivacional
del proceso de atribución. Como él mismo dice, «todo ocurre como si el
individuo estuviera motivado a alcanzar el control cognitivo de la estructura causal del medio ambiente». Para él, un concepto fundamental en el
proceso de atribución es el de esquema causal, que es «una concepción
general que la persona tiene sobre cómo ciertas clases de causas interactúan para producir una clase específica de efectos» (Kelley, 1972, pág. 1).
Estos esquemas causales, que se adquieren a través de la experiencia, reflejan las creencias básicas que el individuo que los posee tiene del mundo
moderno.
Ahora bien, si para Jones y Davis el individuo es un procesador de
información que busca los efectos no comunes a dos eventos, para Kelley
se trata más bien de un científico social o de un lógico: el proceso de a