442
Anastasio Ovejero Bernal
comprensión e interpretación, sí se adecuan mejor al objeto de la investigación psicosocial, que no es otro que el ser humano y su conducta propositiva, es decir, su acción.
En todo caso, pese a las dificultades que conlleva y a pesar de que
muchos afirman que estamos ante métodos claramente irreconciliables
entre sí, algunos autores siguen pensando en la posibilidad y la utilidad del
uso conjunto de ambos tipos de métodos (Reichardt y Cook, 1981). Así
Álvaro, para quien (1995, pág. 100), «aun reconociendo que las tradiciones
metodológicas en las que se basan las técnicas de análisis cuantitativo y
cualitativo hunden sus raíces en posiciones epistemológicas diferentes, no
existe contradicción alguna en utilizarlas de forma conjunta en la investigación social». También Pérez Serrano (1994, pág. 71) cree que son complementarios:
Tanto la orientación de tipo cuantitativo como cualitativo pueden
considerarse interdependientes. De esta manera se puede iniciar un estudio cualitativo, exploratorio, y posteriormente emplear métodos cuantitativos para ir ordenando lo que se va descubriendo o a la inversa, iniciar
un estudio cuantitativo y a lo largo de su desarrollo precisar las aportaciones cualitativas que permitan clarificar algún aspecto del trabajo al
constatar la necesidad de contar con información complementaria que
aporte una visión más profunda de la realidad objeto de estudio.
Estoy de acuerdo con Ibáñez e Íñiguez (1996, pág. 79), en que «es preciso
mantener un grado suficiente de “independencia” metodológica, es decir, es
necesario no ser esclavo o adicto a un tipo de procedimiento, sino determinarla más bien en función de lo que se pretende, conociendo, y asumiendo,
eso sí, sus defectos, sus limitaciones y sus consecuencias». Y es que, como
reconocía Ferrater Mora (1976, pág. 281), «el tipo de realidad que se aspira a
conocer determina el método a seguir». Por consiguiente, dado que la realidad que debe ser estudiada por nuestra disciplina es enormemente compleja
y plural, los métodos a utilizar deberán ser también plurales. Es más, no
podemos permitirnos el lujo de prescindir de ninguna de las posibilidades
metodológicas de aproximación a la realidad psicosocial. Todas son útiles.
Como defiende Billig, la metodología no debe representar ningún tipo de problema, en cuanto que lo relevante es qué se quiere estudiar; una vez que eso
está claro, hay que buscar la estrategia metodológica más adecuada. Tanto la
experimentación, como las escalas de opinión o el análisis de discurso, tienen
su cabida en el repertorio de estrategias de investigación del científico social.
Conclusión
Como conclusión de este capítulo sólo diré, haciendo mías las palabras
de Eduardo Crespo (1995, págs. 196-197):
las ciencias sociales —y la psicología social con ellas— se caracterizan
por una tensión entre la pretensión de objetividad (objetivo de todo saber