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440 Anastasio Ovejero Bernal Métodos cuantitativos frente a métodos cualitativos Las tradicionales polémicas metodológicas en ciencias sociales, entre métodos correlacionales y métodos experimentales o, la más vieja aún de lo idiográfico frente a lo nomotético, están siendo sustituidas últimamente por la que enfrenta a «cuantitativistas» y «cualitativistas». Los métodos cualitativos no son algo nuevo en psicología. Por el contrario, han sido utilizados siempre. Ya Wundt exigía métodos cuantitativos unas veces, justamente en los ámbitos menos interesantes psicológicamente, y cualitativos otras, en los más propiamente psicológicos. Pero las cosas cambiaron cuando en psicología se hizo dominante el conductismo, con pretensiones positivistas (véase Hayes, 1995), imponiendo un enfoque reduccionista que exigía métodos cuantitativos y menospreciando los cualitativos como acientíficos o, cuando menos, como poco científicos. Y aunque, tras la crisis, está aumentando la utilización de los métodos cualitativos en nuestra disciplina (Le Compte y cols., 1992; Banister y cols., 1994; Bryman y Burgess, 1994; Denzin y Lincoln, 1994; Pérez Serrano, 1994; Íñiguez, 1995; Rodríguez y cols., 1996; Hayes, 1997), sin embargo la metodología dominante sigue siendo la cuantitativa, descollando todavía, a pesar de las críticas recibidas, los métodos experimentales (Jensen y Jankoswki, 1993). Y es que aún pesa mucho, demasiado diría yo, la visión simplista y falsa que durante tanto tiempo ha dominado en nuestra disciplina, según la cual la única forma de hacer ciencia y de ser científicos serios y respetables era la utilización de métodos cuantitativos, preferentemente experimentales, mientras se estigmatizaba a los métodos cualitativos, tildándoles de poco serios, acríticos, subjetivos en extremo, etc. Ésta es la visión positivista que han heredado casi todos los estudiantes de psicología de muchas generaciones en nuestro país, estudiantes que, muchos de ellos, fueron convirtiéndose en profesores, asegurando así el mantenimiento de esta postura. De ahí las dificultades que los métodos cualitativos han tenido para abrirse paso en psicología incluso después de la bancarrota del positivismo y a pesar de las indudables ventajas que su utilización acarrea. Como señala Silverman (1993), la adopción de los métodos cualitativos supone un cambio de sensibilidad que se articularía en cuatro diferentes dimensiones: a) La dimensión histórica: los procesos sociales están marcados históricamente y son ellos mismos portadores de la historia que los ha constituido; b) La dimensión cultural: cada proceso está enmarcado también en un entorno cultural concreto, que jamás podrá ser dejado de lado; c) La dimensión política: toda práctica social se enmarca en un contexto político concreto, cuando no debiéramos decir que toda práctica social es en sí misma política. La investigación cualitativa no olvida esta cuestión; y d) La dimensión contextual: la investigación debe considerar igualmente el contexto social y físico en el cual se está produciendo. El contexto es el resultado de múltiples elementos, procesos y acciones entre las que, como dicen Ibáñez Íñiguez (1996), resalta la acción colectiva de los participantes