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El método en las ciencias sociales: cómo investigar… 435 social matizan su postura, tras las fuertes críticas recibidas, y hablan de otras modalidades menos artificiales de experimentación, como el experimento natural o el experimento de campo (Aronson y cols., 1985; Fernández Dols, 1990), las críticas no arrecian y los psicólogos sociales partidarios de métodos no experimentales aumentan día a día. Tales críticas son muy profundas y muy diversas, y comenzaron muy pronto. Así, aunque existían ya precedentes, fue Rosenzweig (1933) uno de los primeros en llevar a cabo un buen análisis de la naturaleza social del experimento de laboratorio, analizando «la situación experimental como un problema psicológico», subrayando la existencia de tres errores (errores de tipo observacional, errores de tipo motivacional y errores debidos a la influencia de la personalidad) que hacen que en psicología el experimento de laboratorio sea más difícil de aplicar que en las ciencias naturales. Otros autores posteriores hablaron de múltiples tipos de errores, sesgos y problemas unidos a la experimentación en ciencias sociales, de los que nosotros destacaremos los seis siguientes, tal vez los más frecuentes y los más importantes: 1) Problemas de validez: desde Campbell y Stanley (1963) es tradicional distinguir entre dos grandes tipos de validez, la interna y la externa. Una investigación tendrá validez interna cuando queda claramente demostrado, sin dejar lugar ninguno para interpretaciones alternativas, que determinados cambios que se observan en una variable, la dependiente, obedecen a cambios en otra variable, la independiente, y no a otras razones. Por su parte, la validez externa es la que se refiere a la posibilidad de generalización de los resultados encontrados. Una investigación tendrá alta validez externa cuando sus resultados siga teniendo vigencia en poblaciones de sujetos y en situaciones distintas a la de la investigación original. Pues bien, se ha dicho con frecuencia que la experimentación con sujetos humanos tiene validez interna, pero que surgen muchos problemas con respecto a la externa, lo que no es cierto del todo, ya que también la validez interna se enfrenta aquí a riesgos muy serios. Y si la validez interna no está asegurada, no tendría sentido ni siquiera plantearnos el problema de la validez externa. Por tanto, supongamos que, efectivamente, se da una alta validez interna. En este caso, ¿tienen validez externa los estudios experimentales en psicología social? ¿podemos generalizar sus resultados a la vida real? Para Campbell y Stanley existen básicamente dos problemas con respecto a la validez externa: el primero se refiere a las dudas que existen respecto de la posibilidad de extrapolar los resultados experimentales a otras poblaciones, como consecuencia de los sesgos introducidos por el experimentador en la selección de los sujetos experimentales. La segunda amenaza a la validez externa del experimento proviene de la propia artificiosidad de la situación experimental. Así, por ejemplo, Harré y Secord (1972) han subrayado la imposibilidad de reducir la complejidad de la vida social a su representación experimental, artificiosidad que puede introducir importantes sesgos que hagan que estemos estudiando algo muy diferente de lo que realmente creemos estar estudiando (véase los estudios de Rosenthal, Orne, Riecken, etc.). Los experimentos de laboratorio tal vez sólo nos digan