Cómo percibimos a las otras personas: la cognición social
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había salvado a miles de judíos. Pues bien, ante la misma fotografía de la
misma persona, los sujetos del primer grupo juzgaron que su expresión
facial era cruel, mientras que los del segundo la juzgaron amable y simpática. Y tal vez lo más grave, como dijimos antes, es que resultará difícil que
cambien estas impresiones.
¿Podemos evitar este sesgo y sus terribles consecuencias? Existen básicamente dos formas: la primera, muy socorrida pero poco eficaz y totalmente insuficiente, consiste en intentar ser objetivos y no tener prejuicios.
La segunda, mucho más eficaz y menos utilizada, consiste en intentar explicar, buscando razones para ello, cómo podrían no ser acertadas mis creencias y sí las contrarias. Así, incluso experimentalmente, encontró Anderson
(1982; Anderson y Sechler, 1986) que intentar explicar por qué una teoría
opuesta a la nuestra puede ser verdad reduce e incluso elimina el sesgo de
la perseverancia de la creencia. Por consiguiente, sería un sano ejercicio
contra la intolerancia en nosotros mismos el obligarnos, al menos de vez en
cuando, a explicar por qué la creencia opuesta a la nuestra podría ser
cierta.
3) Sesgo de la confianza excesiva: es la tendencia a sobreestimar la precisión de nuestros juicios y de nuestras creencias. Tendemos a creer que
tenemos razón y que acertamos más de lo que realmente tenemos razón y
acertamos. La evidente vanidad de nuestros juicios («ya lo sabía yo desde
el principio») se extiende también a las estimaciones de nuestro conocimiento actual. Así, Kahneman y Tversky (1979) pidieron a sus sujetos que
cubrieran los blancos en preguntas como ésta: «Tengo el 98 por 100 de certeza de que la distancia aérea entre Nueva Delhi y Beijing es mayor de ....
kms, pero menor de ... kms.» Pues bien, alrededor del 30 por 100 se equivocaron. Este sesgo es particularmente peligroso cuando afecta a la toma
de decisiones, principalmente, por supuesto, en el caso de ciertas decisiones delicadas, como el caso de una declaración de guerra.
4) Sesgo de confirmación: consiste en la tendencia a buscar información que confirme nuestras preconcepciones. De hecho, ¿por qué la experiencia no nos conduce a una autoevaluación más realista sino que segui [