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Anastasio Ovejero Bernal
b) Modelo gestaltista: los diferentes datos estímulos que recibe el individuo son organizados formando un todo, de forma que cualquier información que le llega es asimilada en función de la información que ya tiene:
el sujeto organiza en un todo todos los rasgos, influyendo cada uno de ellos
en todos los demás, de tal forma que la impresión final será una dinámica
no fácilmente predecible. La ventaja de este modelo, evidentemente el preferido por Asch, sobre el anterior quedó demostrada en un experimento
del propio Asch en el que un grupo de sujetos recibía una descripción de
una persona, desconocida para ellos, que contenía los siguientes rasgos:
inteligente, habilidosa, trabajadora, afectuosa, decidida, práctica y cauta.
Otro grupo similar recibió una descripción que contenía estos rasgos: inteligente, habilidosa, trabajadora, fría, decidida, práctica y cauta. Como
vemos, las dos descripciones eran similares, con una sola diferencia y era
que mientras a unos se les decía que tal persona era afectuosa, a los otros
se les decía que era fría. Pues bien, como suponía Asch y como se deducía
de su modelo gestaltista, esta sola diferencia originó un cambio esencial en
la impresión que de esa persona se hicieron unos y otros sujetos.
¿Por qué se producían estos resultados? Para explicarlos, Asch hizo la
importante distinción entre rasgos centrales y rasgos periféricos. Son rasgos
centrales aquellos que tienen un alto peso específico sobre la impresión final,
mientras que serán periféricos los que tengan un bajo peso en esa impresión
final. El que un rasgo sea central o periférico depende, según Asch, del contexto, o sea, de los demás rasgos estímulo. Por ejemplo, el rasgo «inteligente»
adquiere diferente significado y valor según el contexto (acompañando al término «perverso» se hace negativo y acompañando al término «altruista y
desinteresado» se hace positivo). Ahora bien, dado que la centralidad de un
rasgo depende de los otros rasgos, entonces un mismo rasgo será central en
un contexto y periférico en otro, como de hecho demostró Asch. Así, poseer
una deficiente fluidez verbal será un rasgo periférico en el caso de un deportista, y sin embargo será central en el caso de