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Anastasio Ovejero Bernal
sociologización (es sindicalista, es político, es comunista, etc.). Por su parte,
Mugny y Papastamou (1980) mostraron experimentalmente cómo la psicologización puede arruinar una influencia minoritaria potencialmente alta.
Se trataría, pues, de factores cognitivos, en concreto de procesos de atribución. De ahí el enorme interés que tiene el poder en conseguir, por ejemplo, a través de los medios de comunicación, que los miembros de la
población «naturalicen» la consistencia de la minoría, de tal forma que la
interpreten en términos de «actúan así porque son criminales», «porque
están locos», «porque son comunistas», etc., dado que en este caso la
influencia de la minoría se verá muy reducida, si no totalmente eliminada,
dado que la influencia social consiste en una redefinición de la identidad
psicosocial. O sea, que acercarse a una fuente de influencia consiste no sólo
en adoptar, total o parcialmente, su respuesta, sino en apropiarse total o
parcialmente, sus características estereotípicas. Y nadie quiere identificarse
con los criminales ni con los locos.
Personalmente me resultan enormemente interesantes estos estudios de
Moscovici, Mugny y colaboradores. Además, aprecio en ellos un gran
avance con respecto a la psicología social norteamericana. Pero todavía
poseen, en mi opinión, una fuerte dosis de ingenuidad ideológica y política,
como muestra Tomás Ibáñez (1987), quien, aunque parte de la constatación de que los trabajos de Moscovici han supuesto un cambio radical y
positivo en el campo de la influencia social, se aleja de su explicación de la
influencia minoritaria, y propone una explicaci