Dedalus, en el RETRATO, nos asegura que el artista, como el Dios de la Creación,
queda por encima de su obra, indiferente, arreglándose las uñas. Irlandés
macaneador! Por lo que sabemos de este genio, tanto esa obra como el ULYSSES
no son sino la proyección del propio Joyce: de sus pasiones, de su drama, de su
tragicomedia personal, de sus ideas.
El creador está en todo, no sólo en sus personajes. Elige el drama, el lugar, el
paisaje. En LA REPÚBLICA, Platón afirma que Dios creó el arquetipo de la mesa, el
carpintero crea un simulacro de ese arquetipo, y el pintor un simulacro de ese
simulacro. Esa es la única posibilidad de un arte imitativo: un desvanecimiento al
cubo. Mientras que el gran arte es una vigorización. No la imitación de la burda
mesa del carpintero sino el descubrimiento de la realidad a través del alma del
artista.
De modo que, cuando en aquel otoño de 1962, desde lo alto de una colina, con el
corazón encogido, contemplé la pequeña iglesia de Ry; cuando callado y tembloroso
entré en lo que había sido la farmacia de M. Homais; cuando miré el sitio en que la
pobre Emma tomaba, anhelante y patética, la diligencia que la llevaba a Rouen, no
era ni una iglesia, ni una farmacia, ni una calle de aldea lo que estaba viendo: eran
los fragmentos de un espíritu inmortal, que sentía a través de esos meros objetos
del mundo exterior.
lunes a la noche
Pasé un día malo, querido B., me están sucediendo cosas que no puedo explicar,
pero mientras tanto y por eso mismo trato de aferrarme a este universo diurno de
las ideas. La tentación del universo platónico! Más grande es el tumulto interior,
más tremendas son las presiones que nos acosan, más nos sentimos inclinados a
buscar un orden en las ideas. Siempre me pasó eso, pero debería decir que siempre
pasa eso. Fijate en V