Test Drive | Page 361

Pareció sonreír con la promesa del hijo errante. Luego pidió por Juancho, quería agua, había que darlo vuelta. Bruno intentó torpemente, pero él hizo un gesto negativo. Hubo que despertarlo, lo dieron vuelta entre los dos, le acercaron una cucharita de agua. Por primera vez en su vida Bruno sintió que era verdaderamente útil, se sintió mucho más hermano de Juancho y, con una especie de tierna humildad comprendió que él, que había recorrido tierras y doctrinas, que había leído muchos libros sobre el dolor y la muerte, era inferior a aquel hermano que no lo había hecho nunca. El viejo hizo otro signo, Juancho se acercó a su boca y asintió. Entonces el padre pareció dormirse en paz. Bruno miró a su hermano. —La quintita. Qué pasaba con