Así que cada vez que había intentado reconstruir las partes más alejadas de su
vida, todo se le aparecía borroso, y apenas si aquí o allá se destacaban episodios o
caras que a veces ni siquiera eran tan extraordinarios como para justificar su
pervivencia. Porque, cómo explicar de otro modo que recordara con intensidad algo
tan poco decisivo para su existencia como la llegada de aquel gran motor para el
molino? Bien, con "tanta intensidad"... Tampoco era así, porque en cuanto se
disponía a precisar con palabras aquella escena advertía que se volvía menos
definida, que sus contornos se esfumaban y que todo perdía consistencia, como si
se pudiera pasar el brazo a través sin que nada lo impidiera. No, no lo sabía, no
podía dar detalles: en cuanto se lo proponía, la escena se esfumaba como los
sueños al despertar. Además, le resultaba imposible forzar los recuerdos si no
encontraba la clave, la palabra mágica, pues eran como princesas que dormían un
antiguo sueño y que sólo despiertan cuando a sus oídos se murmura la palabra
secreta. Al