IZQUIERDA. Inútil explicarle a usted que no hablo de la izquierda en el sentido
trivial propio de los pobres diablos que no tienen la menor idea del verdadero
problema. Hablo de la izquierda en el sentido profundo, lo que se vincula a lo
reprimido e instintivo de la raza. Usted también lo ha dicho, en cierto modo. Qué
cerca estamos! Y un personaje suyo lo ha expresado brillantemente en el Informe
sobre Ciegos. Por eso mismo lo he seguido con atención en los últimos años, he
querido ayudarlo, acercarme a usted, apoyarlo espiritualmente. Pero me está
pareciendo que usted no lo quiere. Se lo digo con entera franqueza: me apena
muchísimo".
No pudo seguir leyendo, la mención de Fernando lo dejó petrificado. Era cierto,
todas esas opiniones las podía haber enunciado Vidal Olmos. Y él, Sabato, qué era
entonces? Le hizo una seña a Paco para que le trajera otro café, mientras rehuía
mirar hacia donde estaba aquel individuo. Recién cuando tomó el segundo café,
pudo seguir leyendo: "A partir del Renacimiento, la tecnología y la razón se llevan
todo por delante. La milenaria lucha entre la corteza cerebral y el diencéfalo
termina (PERO APARENTEMENTE, DOCTOR! APARENTEMENTE!) con el triunfo de la
corteza, y lo vital es suplantado por lo mecánico: el reloj, las matemáticas, los
plásticos. Pero el diencéfalo subyugado no renuncia y se agazapa lleno de furor y
resentimiento, y finalmente ataca a la sociedad triunfante con enfermedades
psicosomáticas, neurosis, rebelión de masas, insurrección de todos los oprimidos
(son sus soldados!) sean mujeres o chicos, negros o amarillos. Toda la izquierda.
Hasta en los vestidos: se imponen los colores chillones (femeninos), el arte
irracionalista, se pone de moda el arte de los pueblos salvajes, los hippies se visten
casi como mujeres, se feminiza el mundo inferior. No engañarse con el cigarrillo de
las mujeres, los pantalones, el sufragio universal, el trabajo en las oficinas: es una
astucia, para hacernos creer que vienen hacia nosotros. Es un poco lo que pasa con
el Oriente, que en el sentido profundo también pertenece a esta izquierda: para
resistir a esta civilización masculina de Occidente, se destrifica con su tecnología,
hasta con las armas atómicas, con transistores y marxismo, con plásticos y cálculo
infinitesimal. Ya verá: los amarillos se vendrán contra nosotros. Ya se empezaron a
venir con el budismo zen, con el yoga, con el karate. Y son los intelectuales, los
cerebros, el núcleo mismo de esta civilización occidental, los que primero han
sucumbido, como chorlitos. ѕ