Test Drive | Page 250

"comprensible", la melodía. Observe cómo empieza a tomar importancia la mano derecha en los compositores románticos, eh? Primitivamente se escribía de arriba abajo, como los chinos, o de derecha a izquierda, como los semitas. Recién las palabras gnothi seauton, en el templo del Sol, corren de izquierda a derecha. Observe, Dr. Sabato: la primera forma bajaba a la tierra; la segunda, la de los semitas, hacia el inconciente o lo pasado; recién la última, la nuestra, se orienta a la toma de conciencia. Heracles, en la encrucijada, toma el camino de la derecha. Los difuntos justos en opinión de Platón, toman el camino hacia la derecha y arriba; los injustos hacia abajo e izquierda. Reflexione, mi querido doctor, reflexione. Todavía tiene tiempo y crea en una persona, etc. —Pero no veo por qué debe alarmarlo... —Tengo una dolorosa experiencia. Hay algo en esas cartas, una cierta insistencia en verme, algo vinculado con el mundo de la ciencia, es decir de la luz, que, en fin... Es cuestión de olfato, sabe? Sus cartas son cada vez más decididas, respiran algo debajo de su amabilidad formal. Y ahora he decidido de una buena vez tomar el toro por las astas. Precisamente —miró el reloj—, he quedado en visitarlo a eso de las seis. Tengo que irme ya. Nos veremos pronto. EL DR. SCHNITZLER Cuando tocó el timbre, sintió primero que un ojito lo escrutaba por la mirilla durante un tiempo que le pareció desproporcionado. Luego, la puerta se entreabrió y vio asomar una cabeza obtenida mediante el cruzamiento de un pájaro con un ratón. Con su vocecita aguda y nerviosa manifestó una alegría tipo tambien pájaro. Era flaco, consumido por años entre libros. Sus ojitos de ratón brillaban detrás de los cristales de esos anteojos redondos con bordes de acero que los hippies pusieron nuevamente de moda, pero que seguramente él habría comprado hace medio siglo en Alemania y conservado con el mismo cuidado con que mantenía sus libros en la biblioteca alineados como un ejército germánico, limpios y desinfectados, numerados. Sí, eso es: se movía con la saltarina rapidez de los pájaros cuando andan en tierra, con saltitos nerviosos y secos: una especie de staccato de alguna grotesca partitura de Haydn. Le mostraba los libros en la página exacta, los volvía a colocar con sumo cuidado en el lugar en que debía. Pensó: si este individuo se viera obligado por 250