Test Drive | Page 244

—A vos te pasa algo. Vaciló en contarle lo que acababa de sucederle, hasta que se lo contó, con una agitación que Astor no podía justificar. —Es una simple casualidad, hombre —le comentaba. S. lo miró con irritación. —En una ciudad de casi nueve millones? Luego Astor le habló de un proyecto de hacer con él una misa porteña. —Cómo? —preguntó S. abstraído. —Una misa. Una misa de Buenos Aires. Andaba muy mal de salud, muy nervioso. Ya vería. En seguida se despidió con un pretexto y siguió su camino hacia EL CIERVO. Bruno lo encontró raro y le preguntó por su salud. —Bien, bien —respondió distraído. Tomó su cerveza y después de un rato le dijo a Bruno: —Usted quizá piense que le he exagerado con el Dr. Schneider. —En qué sentido? —Digo, en general... sus poderes... Bruno comenzó a arreglar unos escarbadientes. —Hace años que lo he perdido de vista —prosiguió S.—, pero está. Seguro. En algún lugar de Buenos Aires. ("Perdido de vista", pensó con un estremecimiento.) Bruno levantó sus ojos celestes y se quedó esperando. —Le dije cómo reapareció en 1962, no? —Sí. —Le conté cuando lo seguí en el subterráneo? —No. —Desde aquel encuentro en 1962, recuerda, lo vi en tres o cuatro ocasiones. A veces solo, a veces con Hedwig. Claro, a ella la vi con cierta frecuencia, hasta que desapareció. Fue en el bar ZUR POST que nos encontramos también con usted? Bruno asintió. —Sí, desaparecieron. Pero fíjese que siempre tuve la sensación de que andan por ahí, en algún lugar de la ciudad. Y en cuanto a él, lo volví a ver en la esquina de Ayacucho y Las Heras. Pero en cuanto me divisó (eso es al menos lo que creo) se metió en el café. —Quedó pensativo. "Era él, estoy seguro" casi murmuró como para sí mismo. —En cuanto a Hedwig... —No la vio más? —No, pero está en Buenos Ares, tengo la certeza. Un instrumento. 244