Test Drive | Page 196

—Me encantaría pudiese contestarme algunas preguntas: qué piensa del boom latinoamericano? cree usted que el escritor debe estar comprometido? qué consejos daría a un escritor que se inicia? a qué horas escribe? prefiere los días de sol o los nublados? se identifica con sus personajes? escribe sus propias experiencias o inventa? qué piensa de Borges? debe tener el artista una libertad total? son beneficiosos los congresos de escritores? cómo definiría su estilo? qué piensa de la vanguardia? —Vea, amigo, dejémonos de tonterías y de una vez por todas digamos la verdad. Pero, eso sí: toda la verdad. Quiero decir, hablemos de catedrales y prostíbulos, de esperanzas y campos de concentración. Yo, por los menos, no estoy para bromas porque me voy a morir. El que sea inmortal que se permita el lujo de seguir diciendo pavadas. Yo no: tengo los días contados (pero qué hombre, amigo periodista, no tiene los días contados, dígame: con la mano sobre el corazón) y quiero hacer un balance para ver qué queda de todo eso (mandrágoras o escribanos) y si es cierto que los dioses son más valederos que los gusanos que pronto han de engordar con mis despojos. Yo no sé, no sé nada (para qué lo voy a engañar), no soy tan arrogante ni tan tonto como para proclamar la superioridad de los gusanos. (Quede eso para ateos de barrio.) Le confieso que el argumento me impresiona pues el cajón el coche fúnebre y esos grotescos implementos de la muerte son visibles testimonios de nuestra precariedad. Pero quién sabe, quién sabe, señor periodista. Pudiese ser que los dioses no condescendieran a rebajarse tanto, no accedieran a la baja demagogia de hacerse groseramente comprensibles, y nos esperaran con siniestros espectáculos, luego que el último discurso fuese pronunciado y nuestro solitario cuerpo para siempre abandonado a sí mismo 196