fuego. Después de 5 horas y media pasó el camión, pero el Che, que debía con su
M.2 hacer el primer disparo no lo hizo, y así pasó sano y salvo. Sabés por qué?
Pareció esperar la respuesta de su amigo, que no dijo nada.
—Me oís? O te has dormido?
—Sí, Palo, oigo todo lo que contás.
—Sabés por qué? Porque en la parte de atrás venían sólo dos soldados, dormidos y
envueltos en una frazada, al lado de los chanchos que llevaban. Eran dos
soldaditos, nos explicó el Che, y estaban dormidos. Te parece que fue una
debilidad, Marcelo?.
—Yo...
—Esa noche, alrededor del fogón, nos explicó que una actitud como ésa tal vez
podía ser considerada como una debilidad y que debilidades de ese tipo en algún
momento podían ser fatales para la guerrilla. Pero ahí vino una vez más lo del
hombre nuevo. Matar a mansalva a dos soldados indefensos y dormidos e
inocentes, porque al fin y al cabo combatían obedeciendo órdenes, era realmente
una debilidad? Se podía crear ese hombre nu evo por el que luchábamos sobre la
base de atrocidades como ésas? Se podían alcanzar fines nobles con medios
innobles? Es algo difícil. Vos sabés que muchos después lo criticaron por eso.
—Quiénes?
—Y, qué sé yo... revolucionarios más duros, más realistas... se dice así? Yo oí
muchas veces esa clase de críticas al Che... idealista pequeño-burgués, decían,
cosas por el estilo. Una vez tuve que encajarle una trompada a un individuo que
dijo eso despectivamente. Me le fui encima. Creo que lo habría matado... sólo yo
sabía ahí en esa reunión quién era el Che Guevara, y me hirió oír esas cosas, gente
que jamás habría hecho ni la milésima parte de lo que fue capaz de hacer el Che...
Pero te digo, yo no sé, yo no soy una persona instruida... Él que me dijo eso era un
comunista que conocía mucho de Marx y de Lenin. Eso no es marxismo-leninismo,
dijo. Vos qué crees? Es así?
Marcelo, como siempre, tardó en contestar:
—Yo no soy nadie para hablar de marxismo-leninismo... Pero creo que el Che tenía
razón...
—Yo también. Y que si combatíamos era precisamente para que no hubiese
hombres capaces de tirar desde la sombra contra dos pobres muchachos dormidos
que iban a la muerte sin saber por qué. En su Diario, lo leíste?
—Sí.
—En su Diario dice que no tuvo coraje para tirarles. Pero vos sabés que lo que le
sobraba al Che era el coraje. Quiere decir otra cosa. Lo que pasa, además, es que
cuando formás parte de un grupo de guerrilleros en la selva hay sentimientos que
la gente de la ciudad no puede comprender. Cuando a Turna lo hirieron en el
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