9. Novela en que el lector debe reemplazar la palabra papá, cada vez que aparezca,
por televisor (o por sapo, o guirnalda, o minga, o estereofonía, o patapúfete).
Variante más complicada: el sustantivo papá debe ser sustituido por un verbo, lo
que jode bastante la construcción, pero ahí está la broma y ahí se pone a prueba la
habilidad del lector.
10. Novela-lotería: se vende en combinación con la Lotería Nacional. El número
premiado indica el orden en que deben ser leídos los capítulos. Los premios
menores dan otras novelas posibles, aunque de inferior calidad. Si se saca sólo
terminación la novela se convierte en un cuento así de corto.
11. Novela con propuestas del lector: para esos fines se dejan en blanco 27 páginas
que el lector llenará a su gusto.
12. Novela-parachutista: se toma un folletín de Corín Tellado y sobre él se hacen
descender como paracaidistas a cuatro personajes sofisticados de Huxley, a ver qué
pasa, qué romances se tejen entre gitanillas y alumnos de Oxford, entre mozos de
cuadra y Lady Tantamount, entre Lord Tantamount y una golfa del arroyo.
13. Novelas con repuesto: en un sachette adjunto vienen páginas que reemplazan a
otras del libro. Variante, novelas conocidas con sachettes nuevos, LA MONTAÑA
MÁGICA con repuestos de fabricación nacional.
14. Novela conocida pero con prólogo en que se den claves renovadoras, donde
dice "Settembrini miró a Hans Castorp" no debe entenderse de ningún modo que
Settembrini miró a Hans Castorp, a menos que se sea un anticuado que cae en la
burda trampa tendida por ese reaccionario de Thomas Mann.
15. Novela en combinación con el Intelligence Service: leída literalmente es una
cagada, pero con la clave que se vende por separado es una interesante revelación
de la nueva ola.
16. Novela con nuevos signos de puntuación, que indiquen sorpresa, o vacilación o
intriga. Por ejemplo: °Mi estimado señor° no significa de ninguna manera que ese
señor es señor ni estimado, sino más bien un mamarracho. *Compraré mañana el
anillo* quiere decir que a pesar del aspecto decidido de la frase, hay un brillo en los
ojos del parroquiano que indica que se trata de una simple fórmula para no irse del
negocio incómodamente después de haber hecho revolver toda la mercadería.
17. Novela-telefónica: en la obra va indicado el teléfono del autor, a quien el lector
puede proponerle variantes y modificaciones, que, aunque privadísimas, resultan de
extrema fertilid ad para la hermenéutica.
Todo esto destinado a hacer participar al lector, porque como se sabe, antes el
lector no participaba, se limitaba a leer como un poste de quebracho, o como un
tótem, o como un adoquín, que eso de la catarsis aristotélica con la tragedia era
puro grupo, que hay que ver los boletos que se mandaban estos griegos.
Et ainsi de suite.
173