Beethoven sirvió para promover la Revolución Francesa? Habría que negar la
música, por esa ineficacia? No sólo la música: la poesía, casi toda la literatura y
todo el arte. Y otra cosa. Si no recuerdo mal la dialéctica marxista, una sociedad no
está madura para una revolución si no es capaz de comprender lo que hay de
valioso, y por lo tanto de rescatable, en esa sociedad que quiere suplantarse. Hasta
me está pareciendo que lo dijo el propio Marx. Estos chicos son más marxistas que
Marx? Pero algunas conclusiones, por favor.
—Primero —estableció Silvia—, que esos chicos de la calle Corrientes...
—Y vos, de dónde sos —interrumpió Araujo.
—Que esos chicos de la calle Corrientes que se inflaman mutuamente con sus
revistas simétricas dejen de escribir y tomen un fusil. Segundo...
—Momento —interrumpió Sabato—, no leo esas revistas. Pero insisto en que no
sólo con fusiles se preparan las revoluciones. Y quién les dice que alguna de esas
revistas ayuda.
—Segundo, que dejen en paz a las artes y las letras mientras hacen la Revolución.
—Sí —advirtió el Cosaco—, pero es que la mayoría no va a entrar en la guerrilla y
van a salir diciendo que su deber de combatientes es ayudar desde su trinchera.
—Trinchera? Qué trinchera?
—La literatura.
—Pero cómo, no se había quedado en que la literatura no tenía sentido? Que no
ayudaba a derribar esta putrefacta sociedad?
—Claro. Pero esta literatura.
—Cuál, por favor.
—La que acababa de enumerar Sabato. Dante, Proust, Joyce, etc.
—Es decir, toda la literatura.
—Por supuesto.
—Pero entonces —se resolvió a intervenir S.— cuál sería la otra?
—Le explicaré —respondió Silvia—. Estos muchachos han elegido la literatura,
siguen actuando como escritores y dicen, o simulan, que desde allí, desde ese
Frente van a invadir el Cuartel de la Moneada. Y de ahí su petición de principios: la
posibilidad de una especie de Libro Revolucionario, modelo absoluto que reside en
un cielo donde Platón detenta, entre otros Objetos Ideales, la Cara de Fidel. A partir
de ahí decretan cuáles libros con minúscula se acercan a ese arquetipo y cuáles no.
—Si no entendí mal —adujo Sabato—, cuáles no es toda la literatura.
—En efecto. A esa literatura, es decir a toda la literatura; estos revolucionarios la
ponen en el mismo cajón de las charadas y los crucigramas. Juegos gratuitos.
Fuera de ese cajón quedaría la Literatura Revolucionaria, que tiene la eficacia de un
mortero.
—El único inconveniente de esa literatura —observó Sabato— es que no existe.
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