pa hacé el nido, y el agua pa bañarse o pa tomá son de Dio y Dio la hizo pa todo el
mundo. Entendé todo esto? Porque si no entendé no podemo seguí adelante.
—Sí, lo entendí.
—Muy bien. Entonce, por qué uno poco tienen que apoderarse de la tierra y lotro
tenemo que trabajá de pione? De dónde sacaron eso campo? Lo fabricaron ello?
Después de pensarlo un poco, Nacho dijo que no.
—Muy bien, Nacho. Quiere decí entonce que lo robaron.
Nacho se sorprendió muchísimo. Cómo, los ladrones no iban a la cárcel? Carlucho
sonrió con amargura.
—Esperá, sonso, esperá —comentó—. Testoy diciendo que esa tierra la robaron.
—Pero a quién la robaron, Carlucho?
—Y qué sé yo. A lo indio, a la gente antigua. No sé. Ya te dije que soy un bruto,
pero Luvi sabía todo eso. Ademá, pensá un momentito. Suponé (é un suponé) que
mañana desaparecería todo lo pione de campo. Me queré decí vo qué pasaría?
—Y, no habría gente para trabajar el campo.
—Esato. Y si nadie trabajaría el campo no habería trigo y sin trigo no habería pan y
sin pan todo el mundo no podería comé. Ni lo patrone. De dónde iban a sacá el
pan, si me podé decí? Ahora atendé bien porque vamo a dar otro paso. Suponete
también que desaparecería lo zapatero. Qué pasaría?
—No habría más zapatos.
—Esato. Y ahora suponete que desaparecería lo albañile.
—No habría más casas.
—Muy bien, Nacho. Ahora yo te pregunto qué pasaría si mañana desaparecería lo
patrone. Lo patrone no siembran el mai ni el trigo, ni hacen lo zapato ni la casa, ni
levantan la cosecha. Me podé decí un poco qué é lo que pasaría, si se puede sabé?
Nacho lo miró con asombro. Carlucho lo consideraba con una sonrisa de triunfo.
—Andá, decime lo que pasaría si mañana desaparecería lo patrone?
—Nada —respondió sorprendido Nacho de la enormidad—. No pasaría nada.
—Ni má ni meno. Ahora fijate a una cosa que esplicaba Luvi: lo zapatero pa hacé lo
zapato necesitan el cuero, lo albañile necesitan lo ladrillo, lo pione necesitan la
tierra y la semilla y lo arao. Cierto?
—Sí.
—Pero quién tiene lo cuero, lo ladrillo, la tierra, lo arao?
—Los patrones.
—Esato. Todo está a mano de la patronal. Por eso lo pobre estamo esclavizao.
Porque ello tienen todo y nosotro no tenemo nada, má que lo brazo pa trabajá.
Ahora vamo a da otro paso, así que atendeme bien.
—Sí, Carlucho.
119