Competencia
Este fenómeno ocurre cuando el espacio se limita y el alimento escasea, orientando a los
organismos a luchar o competir por ellos. La competencia intraespecífica contribuye a la
supervivencia de los mejores individuos, sin embargo, en la competencia ínterespecífica
aparece la exclusión competitiva o de Gause, donde dos especies al competir por los mismos
recursos, una de ellas logra excluir a la segunda. Dentro de la competencia existe una
variable: el amensalismo o interferencia, donde una especie inhibe el crecimiento y la
supervivencia de otra y permanece sin ser afectada. La especie que es inhibida recibe el
nombre de amensal. Como ejemplo de competencia se tiene: el efecto de la "marea roja"
sobre ciertas especies de peces. Los microorganismos que forman a la marea roja no se ven
afectados por la muerte de los peces. Otro ejemplo ilustrativo puede ser, que al crecimiento
de los árboles en un bosque se va formando un techo denso de ramas y hojas y las especies
vegetales del piso no reciben suficiente luz solar y empiezan a declinar su crecimiento,
reproducción y supervivencia hasta inhibirse. Relativamente los árboles no se afectan y las
plantas del piso se convierten en amensales.
Cooperación
Sucede cuando las dos especies ínter actuantes se benefician y la interrelación es opcional,
es decir, cada especie es capaz de sobrevivir independientemente, pero la interacción
cooperativa permite el aumento de la tasa de crecimiento de ambas. Por ejemplo, la relación
entre cangrejos y celenterados como las hidras o anémonas de mar. Los celenterados le
sirven al cangrejo como camuflaje al ubicarse en la parte superior del cangrejo, cuando éste
obtiene alimento, los celenterados aprovechan los restos.
Simbiosis
Se puede interpretar que todas las relaciones entre los organismos se consideran
simbióticas, las cuales son relaciones dinámicas que constituyen fuerzas selectivas que
contribuyen a la adaptación evolutiva de las poblaciones. Sus modalidades o variantes son:
Mutualismo. En esta variante ambas especies se benefician y son muy dependientes
una de la otra, a tal grado que no pueden vivir separadas. Ejemplo, los protozoarios
degradadores de celulosa que se localizan en el intestino de las polillas comedoras de
madera. Esta asociación les permite a las polillas nutrirse con los azucares
provenientes de la degradación de la celulosa, y a los protozoarios tener un lugar
adecuado para vivir, debido a que se han tornado tan especializados que no
sobreviven en un ambiente diferente al que otorga el intestino de las termitas; otro
ejemplo lo constituye la asociación que se da entre un alga y un hongo (liquen).
Comensalismo. Durante la interrelación de dos especies, una de ellas se beneficia
(comensal) y la otra (hospedero) no resulta afectada como consecuencia del
beneficio de la primera. Generalmente, el comensalismo es necesario para la
supervivencia de la especie comensal. Un caso típico nos ilustra al respecto: la
asociación entre los tiburones y el pez remora. La remora se prende al vientre del
tiburón, es transportada y obtiene para su propio sustento, los restos de la comida
que obtiene éste. En el caso de las plantas podemos mencionar el de las plantas
epifitas, como el heno y determinadas orquídeas que crecen sobre diversas especies
de árboles.
Parasitismo. Se produce este fenómeno cuando en la interacción de dos especies,
una de ellas (el parásito) se nutre a sí misma a expensas de la otra (el huésped). El
parasitismo es indispensable para la especie parásita. En ciertas ocasiones este tipo
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