Desde el punto de vista biológico, la fecundación tiene varias consecuencias importantes. La
primera consiste en restablecer la diploidia, es decir, en formar un organismo con 46
cromosomas.
La segunda consecuencia de la fecundación es la determinación cromosómica del sexo;
si el cigoto posee dos cromosomas X, el nuevo ser será femenino; si cuenta con un
cromosoma X y otro Y, será masculino. La tercera consecuencia es la activación del
ovocito secundario para que complete la segunda división meiótica.
Para que la fecundación se realice, numerosos espermatozoides rodean al ovocito y
experimentan ciertas modificaciones. En primer lugar, ocurre un proceso de capacitación,
durante el cual se liberan proteínas de la cabeza del espermatozoide; en seguida, se produce
una etapa de cambios del acrosoma (reacción acrosómica), el cual libera enzimas para
romper la corona radiada y la zona pelúcida, membranas que rodean al ovocito.
Finalmente, sólo un espermatozoide atraviesa la membrana plasmática del ovocito y entra
en el citoplasma de éste. En cuanto el primer espermatozoide toca la membrana plasmática
que rodea al ovocito, se liberan en esta membrana una serie de sustancias que evitan el
ingreso de otro espermatozoide. Este proceso se denomina reacción zonal.
La fecundación se divide en tres etapas: penetración de la corona radiada, penetración de la
zona pelúcida y fusión de las membranas celulares del ovocito y el espermatozoide.
Cuando la cabeza del espermatozoide ingresa al ovocito, forma el pronúcleo masculino, el
cual se fusionará con el núcleo de la célula femenina o pronúcleo femenino. Al finalizar
esta etapa, termina la división meiótica del ovocito y se forma el cigoto, el cual contendrá la
información hereditaria de ambos progenitores. Posteriormente, el cigoto se divide por
mitosis en dos células, cada una de las cuales se divide en dos, y así sucesivamente. Este
período se conoce como segmentación.
Siete días después, el cigoto segmentado llega a la pared del útero y se adhiere a ella; en
este momento empieza el desarrollo embrionario, que dura aproximadamente nueve
meses.
En el séptimo día de la fecundación, se forma en torno al embrión una membrana o
trofoblasto y comienza a elaborar la hormona gonadotropina coriónica humana (HCG),
que mantiene la secreción de progesterona del cuerpo lúteo del ovario hasta que el
endometrio del útero y el trofoblasto son capaces de producir progesterona; por esta razón,
no se desprende el embrión en el endometrio.
En la mayoría de los casos, debido a la influencia que ejerce la hormona HCG en el
endometrio uterino, tampoco se produce el desprendimiento de este tejido y, por
consiguiente, la menstruación.
1.4.5. EMBARAZO O GESTACIÓN
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