Manuscrito hallado en una botella
Qui n’a plus qu’un moment à vivre
N’a plus rien à dissimuler.
(QUINAULT, Atys)
De mi país y mi familia poco tengo que decir. Un trato injusto y el andar de los años
me arrancaron del uno y me alejaron de la otra. Mi patrimonio me permitió recibir una
educación esmerada, y la tendencia contemplativa de mi espíritu me facultó para ordenar
metódicamente las nociones que mis tempranos estudios habían acumulado. Las obras de
los moralistas alemanes me proporcionaban un placer superior a cualquier otro; no porque
admirara equivocadamente su elocuente locura, sino por la facilidad con que mis rígidos
hábitos mentales me permitían descubrir sus falsedades. Con frecuencia se me ha
reprochado la aridez de mi inteligencia, imputándome como un crimen una imaginación
deficiente; el pirronismo de mis opiniones me ha dado fama en todo tiempo. En realidad
temo que mi predilección por la filosofía física haya inficionado mi mente con un error
muy frecuente en nuestra época: aludo a la costumbre de referir t