pequeña y liviana que la que se había colocado en el primer modelo en escala reducida. Se
la construyó de mimbre liviano y es extraordinariamente fuerte a pesar de su frágil aspecto.
Tiene unos cuatro pies de profundidad. El gobernalle es mucho más grande que el del
modelo, mientras la hélice es bastante más pequeña. El globo está provisto de un ancla con
varios ganchos y una cuerda-guía. Esta última es de excepcional importancia y requiere
algunas palabras explicativas para aquellos lectores que no se hallan al tanto de la misma.
»Tan pronto el globo se aleja de la tierra, queda sometido a diversas circunstancias que
tienden a crear una diferencia en su peso, aumentando y disminuyendo su fuerza
ascensional. Por ejemplo, en la seda puede depositarse el rocío, hasta pesar varios cientos
de libras; preciso es entonces arrojar lastre, pues de lo contrario la aeronave descenderá.
Arrojado el lastre, si el sol hace evaporar el rocío, dilatando al mismo tiempo el gas del
globo, éste volverá a ascender. Para impedirlo, el único recurso posible (hasta que Mr.
Green inventó la cuerda-guía) consistía en dejar escapar un poco de gas por medio de una
válvula. Pero la pérdida de gas supone una pérdida equivalente de poder ascensional, vale
decir que después de un período relativamente breve el globo mejor construido agotará sus
recursos y tendrá que descender. Esto constituía hasta entonces el gran obstáculo para los
viajes largos.
»La cuerda-guía remedia esta dificultad de la manera más simple que imaginarse
pueda. Consiste en una soga muy larga que cuelga de la barquilla, destinada a impedir que
el globo varíe de altitud bajo ninguna circunstancia. Si, por ejemplo, se deposita humedad
en la cubierta de seda y la aeronave empieza a descender, no será necesario arrojar lastre
para compensar este aumento de peso, sino que bastará soltar la soga hasta que arrastre por
el suelo todo lo necesario para establecer el equilibrio. Si, por el contrario, alguna otra
circunstancia ocasionara un aligeramiento del globo y su consiguiente ascenso, se lo
contrarresta recogiendo cierta cantidad de soga, cuyo peso se agrega entonces al del globo.
En esta forma el aeróstato sólo subirá y bajará muy poco, y su capacidad de gas y de lastre
se mantendrá invariable. Cuando se vuela sobre una superficie líquida hay que emplear
pequeños barriles de cobre o madera, llenos de una sustancia líquida más liviana que el
agua. Dichos barriles flotan y cumplen la misma función que la soga en tierra firme. Otra
función importante de esta última consiste en señalar la dirección del globo. Tanto en tierra
como en mar, la cuerda arrastra sobre la superficie y, por tanto, el globo vuela siempre un
poco adelantado con respecto a ella; basta, pues, establecer una relación entre ambos
objetos por medio del compás para establecer el rumbo. Del mismo modo, el ángulo
formado por la cuerda con el eje vertical del globo indica la velocidad de éste. Cuando no
hay ningún ángulo, o, en otras palabras, cuando la cuerda cuelga verticalmente, el aparato
se encuentra estacionario; cuanto más abierto sea el ángulo, es decir, cuanto más adelante
se halle el globo con respecto al extremo de la cuerda, mayor será la velocidad, y viceversa.
»Como la intención original consistía en cruzar el Canal de la Mancha y descender lo
más cerca posible de París, los viajeros habían tenido la precaución de proveerse de
pasaportes válidos para todos los países del continente, especificando la naturaleza de la
expedición, como en el caso del viaje del Nassau, y facilitándoles la exención de las
formalidades habituales de las aduanas; acontecimientos inesperados, empero, hicieron
inútiles estos documentos.
»La inflación del globo empezó con la mayor reserva al amanecer del sábado 6 del
corriente, en el gran patio de Wheal-Vor House, residencia de Mr. Osborne, a una milla de
Penstruthal, Gales del Norte. A las once y siete minutos los preparativos quedaron
terminados, y el globo se elevó suave pero seguramente en dirección al sur. Durante la