El camelo del globo
Asombrosas noticias por expreso, vía Norfolk! —¡Travesía del Atlántico en tres
días!— ¡Extraordinario triunfo de la máquina volante de Mr. Monck Mason! —¡Llegada a
la isla Sullivan, cerca de Charleston, Carolina del Sur, de Mr. Mason, Mr. Robert Holland,
Mr. Henson, Mr. Harrison Ainsworth y otros cuatro pasajeros, a bordo del globo dirigible
Victoria, luego de setenta y cinco horas de viaje de costa a costa!— ¡TODOS LOS
DETALLES DEL VUELO!
El siguiente jeu d’esprit, con los titulares que preceden en enormes caracteres,
abundantemente separados por signos de admiración, fue publicado por primera vez en el
New York Sun, con intención de proporcionar alimento indigesto a los quidnuncs durante
las pocas horas entre los dos correos de Charleston. La conmoción producida y el arrebato
del «único diario que traía las noticias» fue más allá de lo prodigioso; y, para decir la
verdad, si el Victoria «no» efectuó el viaje reseñado (como aseguran algunos), difícil sería
encontrar razones que le hubiesen impedido llevarlo a cabo.]
¡El gran problema ha sido, por fin, resuelto! ¡Al igual que la tierra y el océano, el aire
ha sido sometido por la ciencia y habrá de convertirse en un camino tan cómodo como
transitado para la humanidad! ¡El Atlántico ha sido cruzado en globo! ¡Sin dificultad, sin
peligro aparente, con un perfecto dominio de la máquina, y en el período
inconcebiblemente breve de setenta y cinco horas de costa a costa! Gracias a la decisión de
uno de nuestros representantes en Charleston, Carolina del Sur, somos los primeros en
proporcionar al público una crónica detallada de este viaje extraordinario, efectuado entre
el sábado 6 del corriente, a las 11 a. m., y el jueves 9, a las 2 p. m., por Sir Everard
Bringhurst; Mr. Osborne, sobrino de lord Bentinck; Mr. Monck Mason y Mr. Robert
Holland, los afamados aeronautas; Mr. Harrison Ainsworth, autor de Jack Sheppard y otras
obras; Mr. Henson, diseñador de la reciente y fracasada máquina voladora, y dos marinos
de Woolwich; ocho personas en total. Los detalles que siguen pueden considerarse
auténticos y exactos en todo sentido, pues, con una sola excepción, fueron copiados
verbatim de los diarios de navegación de los señores Monck Mason y Harrison Ainsworth,
a cuya gentileza debe nuestro corresponsal muchas informaciones verbales sobre el globo,
su construcción y otras cuestiones no menos interesantes. La única alteración del
manuscrito recibido se debe a la necesidad de dar forma coherente e inteligible a la
apresurada reseña de nuestro representante, Mr. Forsyth.
El globo
«Dos notorios fracasos recientes —los de Mr. Henson y Sir George Cayley— habían
debilitado mucho el interés público por la navegación aérea. El proyecto de Mr. Henson
(que aun los hombres de ciencia consideraron al comienzo como factible) se fundaba en el
principio de un plano inclinado, lanzado desde una eminencia por una fuerza extrínseca que
se continuaba luego por la revolución de unas paletas que en forma y número semejaban las
de un molino de viento. Empero, las experiencias practicadas con modelos en la Adelaide