mismo género, que correspondía a una pequeña abertura en el piso de la barquilla. Esto me
permitía ver hacia abajo, pero, en cambio, no había podido ajustar un dispositivo similar en
la parte superior, dada la forma en que se cerraba el saco y las arrugas que formaba, por lo
cual no podía esperar ver los objetos situados en el cenit. De todas maneras la cosa no tenía
importancia, pues aun en el caso de haber colocado una mirilla en lo alto, el globo mismo
me hubiera impedido hacer uso de ella.
»A un pie por debajo de una de las mirillas laterales había un orificio circular, de tres
pulgadas de diámetro, en el cual había fijado una rosca de bronce. A esta rosca se
atornillaba el largo tubo del condensador, cuyo cuerpo principal se encontraba,
naturalmente, dentro de la cámara de caucho. Por medio del vacío practicado en la
máquina, dicho tubo absorbía una cierta cantidad de atmósfera circundante y la introducía
en estado de condensación en la cámara de caucho, donde se mezclaba con el aire
enrarecido ya existente. Una vez que la operación se había repetido varias veces, la cámara
quedaba llena de aire respirable. Pero, como en un espacio tan reducido no podía tardar en
viciarse a causa de su continuo contacto con los pulmones, se lo expulsaba con ayuda de
una pequeña válvula situada en el fondo de la barquilla; el aire más denso se proyectaba de
inmediato a la enrarecida atmósfera exterior. Para evitar el inconveniente de que se
produjera un vacío total en la cámara, esta purificación no se cumplía de una vez, sino
progresivamente; para ello la válvula se abría unos pocos segundos y volvía a cerrarse,
hasta que uno o dos impulsos de la bomba del condensador reemplazaban el volumen de la
atmósfera desalojada. Por vía de experimento instalé a la gata y sus gatitos en una pequeña
cesta que suspendí fuera de la barquilla por medio de un sostén en el fondo de ésta, al lado
de la válvula de escape, que me servía para alimentarlos toda vez que fuera necesario. Esta
instalación, que dejé terminada antes de cerrar la abertura de la cámara, me dio algún
trabajo, pues debí emplear una de las perchas que he mencionado, a la cual at