pasara inadvertido. Cinco o seis volúmenes que salían de manos del encuadernador fueron
probados longitudinalmente con las agujas.
—¿Exploraron los pisos debajo de las alfombras?
—Sin duda. Levantamos todas las alfombras y examinamos las planchas con el
microscopio.
—¿Y el papel de las paredes?
—Lo mismo.
—¿Miraron en los sótanos?