investigaciones en casa de madame L’Espanaye23, los agentes de G... quedaron
confundidos y descorazonados por lo insólito, lo infrecuente del caso que, para un intelecto
debidamente ordenado, hubiese significado el más seguro augurio de buen éxito; mientras
ese mismo intelecto podría desesperarse ante el carácter ordinario de todas las apariencias
en el caso de la muchacha de la perfumería, que para los funcionarios de la prefectura eran
signos de un fácil triunfo.
»En el caso de madame L’Espanaye y su hija, desde el principio de nuestra
investigación no cupo duda alguna de que se había cometido un crimen. La idea de suicidio
fue inmediatamente excluida. También aquí, desde el comienzo, podemos eliminar toda
suposición en ese sentido. El cuerpo hallado en la Barrière du Roule se hallaba en un estado
que elimina toda vacilación sobre punto tan importante. Pero se ha sugerido que el cadáver
hallado no es el de Marie Rogêt; y la recompensa ofrecida se refiere a la denuncia del
asesino o asesinos de ésta, y lo mismo el acuerdo a que hemos llegado con el prefecto. Bien
conocemos a este caballero y no debemos confiar demasiado en él. Si iniciamos nuestras
investigaciones a partir del cadáver hallado y seguimos la huella del asesino hasta descubrir
que el cadáver pertenece a otra persona, o bien si partimos de la suposición de que Marie
está viva y verificamos que, efectivamente, ésa es la verdad, en ambos casos perdemos el
precio de nuestras fatigas, ya que tenemos que entendernos con monsieur G... Vale decir
que nuestro primer objetivo —si pensamos en nosotros tanto como en la justicia— debe
consistir en dejar bien establecido que el cadáver hallado pertenece a la Marie Rogêt
desaparecida.
»Los argumentos de L’Etoile han tenido gran repercusión entre el público, y el
periódico mismo está tan convencido de su importancia que comienza así uno de sus
comentarios sobre el tema: “Varios diarios de la mañana, en su edición de hoy, aluden al
concluyente artículo de L’Etoile del domingo”. Para mí el tal artículo no es nada
concluyente y sólo demuestra el celo de su redactor. Debemos tener en cuenta que, en
general, nuestros periódicos se proponen fines sensacionalistas y triunfos personales mucho
más que servir la causa de la verdad. Este último objetivo solamente es perseguido cuando
coincide con los anteriores. El diario que se conforma con la opinión general (por bien
fundada que esté) no logra los sufragios de la multitud. La masa popular sólo considera
profundo aquello que está en abierta contradicción con las nociones generales. Tanto en el
raciocinio como en la literatura, el epigrama obtiene la aprobación inmediata y universal. Y
en ambos casos se halla en lo más bajo de la escala de méritos.
»Quiero decir que la mezcla de epigrama y melodrama que hay en la idea de que Marie
Rogêt está todavía viva vale más para L’Etoile que lo que pueda haber de plausible en esa
sugestión, y le ha ganado la favorable acogida del público. Examinemos lo principal de los
argumentos del diario, tratando de evitar la incoherencia con la cual han sido expuestos.
»El primer propósito del redactor consiste en mostrar, basándose en lo breve del
intervalo entre la desaparición de Marie y el hallazgo del cuerpo en el río, que este último
no puede ser el de Marie. De inmediato, el redactor trata de reducir dicho intervalo a sus
menores proporcio