movimientos a lo largo del domingo en que Marie salió de su casa. Más tarde, empero,
presentó a monsieur G... testimonios escritos que daban cuenta clara de cada hora del día en
cuestión. A medida que transcurría el tiempo sin que se hiciera el menor descubrimiento,
empezaron a circular mil rumores contradictorios, y los periodistas se entregaron a la tarea
de proponer sugestiones. Entre ellas, la que más llamó la atención fue la de que Marie
Rogêt estaba todavía viva, y que el cuerpo hallado en el Sena correspondía a alguna otra
desventurada mujer. Creo oportuno someter al lector los pasajes que contienen la sugestión
aludida. Son transcripción literal de artículos aparecidos en L’Etoile19, periódico redactado
habitualmente con mucha competencia.
«Mademoiselle Rogêt abandonó la casa de su madre en la mañana del domingo 22 de
junio, con el ostensible propósito de visitar a su tía o a algún otro pariente en la rue des
Drômes. Desde esa hora, nadie parece haber vuelto a verla. No hay la menor huella ni
noticia. Hasta la fecha, por lo menos, no se ha presentado nadie que la haya visto una vez
que salió de la casa materna. Ahora bien, aunque carecemos de testimonios de que Marie
Rogêt se hallaba aún entre los vivos después de las nueve de la mañana del domingo 22 de
junio, hay pruebas de que lo estaba hasta esa hora. El miércoles, a mediodía, un cuerpo de
mujer fue descubierto a flote cerca de la orilla de la Barrière du Roule. Aun presumiendo
que Marie Rogêt fuera arrojada al río dentro de las tres horas siguientes a la salida de su
casa, esto significa un término de tres días, hora más o menos, desde el momento en que
abandonó su hogar. Pero sería absurdo suponer que el asesinato (si se trata de u