Test Drive | Page 89

Medicine-Creek; pero la tentativa le parecía demasiado americana. -Por otra parte -pensó-, hay otra cosa más sencilla que ni siquiera se le ocurre a esa gente. Caballero -dijo a uno de los viajeros-, el medio propuesto por el maquinista me parece algo aventurado, pero... -¡Ochenta probabilidades! --respondió el viajero, que le volvió la espalda. -Bien lo sé -respondió Picaporte, dirigiéndose a otro-, pero una simple reflexión. -No hay reflexión, es inútil -respondió el americano, encogiéndose de hombros-, puesto que el maquinista asegura que pasaremos. -Sin duda, pasaremos; pero sería quizá más prudente... -¡Cómo prudente! --exclamó el coronel Proctor, a quien hizo dar un salto esa palabra oída por casualidad-. ¡Os dicen que a toda velocidad! ¿Comprendéis? ¡A toda velocidad! -Ya sé, ya comprendo --repetía Picaporte, a quien nadie dejaba acabar-; pero sería, si no más prudente, puesto que la palabra os choca, al menos más natural... -¿Quién? ¿Cómo? ¿Qué? ¿Qué tiene que decir ése con su natural? -gritaron todos. Ya no sabía el pobre mozo de quién hacerse oír. -¿Tenéis acaso miedo? -le preguntó el coronel Proctor. ¡Yo miedo! ~-exclamó Picaporte-. Pues bien; sea. Yo les enseñaré que un francés puede ser tan americano como ellos. -¡Al tren, al tren! -gritaba el conductor. -¡Sí, al tren! -repetía Picaporte-: ¡Al tren! ¡Y al instante! ¡Pero nadie me impedirá pensar que hubiera sido más natural pasar primero el puente a pie, y luego el tren!... Nadie oyó tan cuerda reflexión, ni nadie hubiera que ɥ