-Un ciudadano inglés... -respondió Phileas Fogg.
Pero el gentleman no terminó su frase. Detrás de él, desde aquella terraza precedida de las
gradas, salieron espantosos alaridos. Se gritaba: "¡Hurra! ¡Hip! ¡Hip! Por Madiboy". Era un
tropel de electores que llegaba a la pelea tomando en flanco a los partidarios de Kamerfield.
Mister Fogg, mistress Aouida y Fix se hallaron entre dos fuegos. Era demasiado tarde para
huir.. Aquel torrente de hombres armados de bastones con puño de plomo y de
rompe-cabezas, era irresistible. Phileas Fogg y Fix se vieron horriblemente atropellados al
preservar a la joven Aouida. Mister Fogg, no menos flemático que de costumbre, quiso
defender con esas armas naturales que la naturaleza ha puesto en el extremo de los brazos de
todo inglés, pero inutilmente. Un enorme mocetón de perilla roja, tez encendida, [