cómo se había efectuado la travesía de Hong-Kong a Yokohama, en compañía de un tal Fix.
Al oír nombrar a Fix, Picaporte no pestañeó. Creía que no había llegado el momento de
decir a su amo lo ocurrido; así es que, en la relación que hizo de sus aventuras, se culpó a sí
propio, excusándose con haber sido sorprendido por la embriaguez del opio de un fumadero
de Hong-Kong.
Mister Fogg escuchó esta relación con frialdad y sin responder, y después abrió a su criado
un crédito suficiente para procurarse a bordo un traje más conveniente. Menos de una hora
después, el honrado mozo, después de quitarse las alas y la nariz, y de mudar de ropa, no
conservaba ya nada que recordase al sectario del dios Tingú.
El vapor que hacía la travesía de Yokohama a San Francisco pertenecía a la compañía del
"Pacific Mail Steam", y se llamaba "General Grant". Era un gran buque de ruedas, de dos mil
quinientas toneladas, bien acondicionado y dotado de mucha velocidad. Sobre cubierta se
elevaba y bajaba, alternativamente, un enorme balancín, en una de cuyas extremidades se
articulaba la barra de un pistón y en la otra la de una biela, que, transfon-nando el movimiento
rectilíneo en circular, se aplicaba directamente al árbol de las ruedas. El "General Grant"
estaba aparejado en corbeta de tres palos, y poseía gran superficie de velamen, que ayudaba
poderosamente al vapor. Largando doce millas por hora, el vapor no debía emplear menos de
veintiún días en atravesar el Pacífico. Phileas Fogg estaba, por consiguiente, autorizado para
creer que, llegando el 2 de diciembre a San Francisco, estaría el 11 en Nueva York y el 20 en
Londres, ganando algunas horas sobre la fécha fatal del 21 de diciembre.
Los pasajeros eran bastante numerosos a bordo del vapor. Había ingleses, americanos, una
verdadera emigración de coolíes para América, y cierto número de oficiales del ejército de
Indias, que utilizaban su licencia dando la vuelta al mundo.
Durante la trav