XVII
Desde aquel día, Picaporte y el agente se encontraron con frecuencia; pero Fix estuvo muy
reservado con su compañero y no trató de hacerle hablar. Sólo vio una o dos veces a mister
Fogg que permanecía en el salón del "Rangoon", ora haciendo compañía a Aouida, ora
jugando al whist, según su invariable costumbre.
En cuanto a Picaporte, se puso a pensar fon-nalmente sobre la extraña casualidad que
traía otra vez a Fix al mismo camino que su amo. Y en efecto, con menos había para
asombrarse. Ese caballero, muy amable y a la verdad muy complaciente, que aparece
primero en Suez, que se embarca en el "Mongolia", que desembarca en Bombay, donde
dice que debe quedarse; que se encuentra luego en el "Rangoon" en dirección de
Hong-Kong; en una palabra, siguiendo paso a paso el itinerario de mister Fogg, todo esto
merecía un poco de meditación. Había aquí extrañas coincidencias. ¿Tras de quién iba Fix?
Picaporte estaba dispuesto a apostar sus babuchas -las había preciosamente conservadoque Fix saldría de Hong-Kong al mismo tiempo que ellos, y probablemente sobre el mismo
vapor.
Aun cuando hubiera estado Picaporte discurriendo durante un siglo, nunca hubiera acertado
con la misión de que estaba encargado el agente. Jamás se hubiera imaginado que Phileas
Fogg fuera seguido a la manera de un ladrón, alrededor del globo terrestre. Pero como la
condición humana quiere explicarlo todo, he aquí cóm