Picaporte y Fix habían saltado a tierra, y estiraban sus entumecidos miembros. Ayudaron a
mister Fogg y a la joven a bajar del trineo. Phileas Fogg pagó genersamente a Mugde, a quien
Picaporte estrechó amistosamente la mano, corriendo todos después a la estación de Omaha.
En esta importante ciudad de Nebraska es adonde va a parar el ferrocarril, con el nombre de
"Chicago Rock Island", que corre directamente al Este, sirviendo cincuenta estaciones.
Estaba dispuesto a marchar un tren directo, de tal modo, que Phileas Fogg y sus compañeros
sólo tuvieron tiempo de arrojarse a un vagón. No habían visto nada de Omaha; pero Picaporte
reconocía que no era cosa de sentir, puesto que no era ver ciudades lo que importaba.
Con extraordinaria rapidez, el tren pasó el estado de lowa, por el Counciai-Bluffs, Moines,
lowa-City. Durante la noche, cruzaba el Mississippi, en Davenport, y entraba por Rock-lsiand
en Illinois. Al día siguiente, 10, a las cuatro de la tarde, llegaba a Chicago, renacida ya de sus
ruinas, y mas que nunca fieramente asentada a orillas de su hermoso lago Michigan,
Chicago está a 900 millas de Nueva York, y alli no faltaban trenes, por lo cual pudo mister
Fogg pasar inmediatamente de uno a otro. La elegante locomotora del "Pittsburg-Fort
Waine-Chicago", partió a toda velocidad, como si hubiese comprendido que el honorable
gentleman no tenía tiempo que perden Atravesó como un relámpago los Estados de Indiana,
Ohio, Pensylvania y New Jersey, pasando por ciudades de nombres históricos, algunas de las
cuales tenían calles y tranvías, pero no casas todavía. Por fin, apareció el Hudson, y el 11 de
diciembre, a las once y cuarto de la noche, el tren se detenía en la estación, a la margen
derecha del río, ante el mismo muelle de los vapores de la línea Cunard, llamada, por otro
nombre, "British and North American Royal Mail Steam Packet Co."
El "China", con destino a Liverpool, había salido cuarenta y cinco minutos antes.
XXXII
Al partir el "China" se llevaba, al parecer, la última esperanza de Phileas Fogg.
En efecto, ninguno de los otros vapores que hacen el servicio directo entre América y
Europa, ni los transatlánticos franceses, ni los buques de la "White Starline", ni los de la
Compañía Imman, ni los de la Línea "Hamburguesa", ni otros podían responder a los
proyectos del gentleman.
El "Pereire", de la Compañía Transatlántica Francesa, cuyos admirables buques igualan en
velocidad y sobrepujan en comodidades a los de las demás líneas sin excepción, no partía
hasta tres días después, el 14 de diciembre, y además, no iba directamente a Liverpool o
Londres, sino al Havre, y lo mismo sucedía con los de la Compañía "Hamburguesa~'; así es
que la travesía suplementaria del Havre a Southampton hubiera anulado los últimos esfuerzos
de Phileas Fogg.
En cuanto a los vapores Imman, uno de los cuales, el "City of Paris", se daba a la mar al día
siguiente, no debía pensarse en ellos, porque, estando dedicados al transporte de emigrantes,
son de máquinas débiles, navegan lo mismo a vela que a vapor, y su velocidad es mediana.
Empleaban en la travesía de Nueva York a Inglaterra más tiempo del que necesitaba mister
Fogg para ganar su apuesta.
De todo esto se informó el gentleman consultando su "Bradshaw", que le reseñaba, día por
día, los movimientos de la navegación transoceánica.
Picaporte estaba anonadado. Después de haber perdido la salida por cuarenta y cinco
minutos, esto lo mataba, porque tenía la culpa él; pues, en vez de ayudar a su amo, no había
cesado de crearle obstáculos por el camino. Y cuando repasaba en su mente todos los
incidentes del viaje; cuando calculaba las sumas gastadas en pura pérdida y sólo en interés
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